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Esteban Beltrán | Director de Amnistía Internacional España

"Los homenajes a etarras pueden ser repugnantes, pero no punibles"

"Los homenajes a etarras pueden ser repugnantes, pero no punibles"

"Los homenajes a etarras pueden ser repugnantes, pero no punibles" / juan carlos muñoz

Esteban Beltrán (Madrid, 1961) es un conversador reposado, pero veloz en las respuestas. Cada dos por tres remite al sintagma Derechos Humanos; no en vano, el director de Amnistía Internacional España desde 1997 lleva cuatro décadas vinculado a la materia. Valora muchísimo la función de la catalana residente en Sevilla María Asunción Milá, impulsora casi centenaria del movimiento y luchadora incansable contra la pena de muerte. Sobre la homofobia en el fútbol no se pronuncia por desconocimiento, aunque advierte: "Hay que preguntarse si no hay casos o si no se quieren visibilizar".

-Human Rights Watch denuncia "tiempos oscuros" para los derechos humanos. ¿Tan apocalíptica es la situación en el mundo?

-Son tiempos oscuros. Se ha quebrado un consenso muy importante que nace tras la II Guerra Mundial: todos nacemos libres e iguales. Por primera vez se piensa, y se legisla, que las mujeres no tienen los mismos derechos que los hombres, que los inmigrantes son una amenaza, que los refugiados son terroristas... Esa demonización la conocimos en los años 30 y hace peligroso el mundo de hoy.

"Si un pesquero pasa 40 días sin desembarcar a inmigrantes, algo muy podrido está ocurriendo en Europa"

-Tras el reciente 70 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, ¿qué se puede hacer para que las potencias recuperen valores quebrados?

-La Declaración de los Derechos Humanos es la Constitución de la humanidad. Está vigente y hay que defenderla en la calle por la sociedad civil, que está mucho más fortalecida que hace 70 años, pero también es objeto de represión. Hubo 312 activistas de derechos humanos asesinados en 2018. La gran esperanza es la movilización.

-The Economist sostiene que España disfruta de una de las 20 democracias plenas del mundo, por delante de EEUU y Francia. ¿Es España una democracia?

-Claro, pero plena no sé qué significa. En España también existen violaciones de derechos humanos: en materia de libertad de expresión, con gente que va a la cárcel por hacer chistes; también por el enaltecimiento de un terrorismo que ya no existe como tal; los 500.000 desahucios...

-¿Ve menos injusticias con Sánchez que con Rajoy?

-Siempre hay injusticias, pero es muy pronto. En política exterior son muy parecidos; en política interior, aún hay que ver qué ocurre. La ley mordaza permanece, también los desahucios, en materia de salud se ha avanzado en la universalidad para los inmigrantes, pero el copago farmacéutico sigue igual. Empezó con gran empuje el Gobierno de Sánchez en materia de Derechos Humanos, pero ha perdido parte de él.

-Amnistía Internacional (AI) dice que los presos catalanes no son de conciencia. ¿El independentismo ha victimizado el procés?

-Los Jordis deberían estar libres. Son personas de la sociedad civil acusadas de rebelión y es desproporcionado. AI no opina igual con las autoridades detenidas. Pedimos un juicio justo, pero no su libertad inmediata porque al fin y al cabo tenían responsabilidades como gobernantes que no tienen los Jordis.

-AI aboga por acercar a los etarras. ¿A todos?

-Estamos a favor de que de cualquier preso esté cerca de su lugar de origen. Lo marca el Derecho Internacional. Por eso, AI siempre ha estado en contra de la dispersión. El acercamiento es una medida de reinserción básica.

-¿En Euskadi se han cerrado ya las heridas?

-Todavía no. Hubo casi mil asesinatos y una parte de los atentados siguen sin resolverse. Las víctimas de ETA deben conocer la verdad. También es una asignatura pendiente los abusos del Estado, hubo torturas y malos tratos. Se ha avanzado en la reparación y en el reconocimiento de las víctimas de ETA, aunque quedan casos.

-¿Qué le parecen los homenajes a los etarras?

-Pueden provocar repugnancia, pero no son punibles penalmente. No se debe ir a la cárcel por organizarlos.

-¿Los Derechos Humanos son patrimonio de la izquierda?

-No, deben ser defendidos por cualquiera. EEUU impulsó la Declaración de los Derechos Humanos. La igualdad trasciende la ideología.

-¿La ultraderecha va a cerrar Europa a cal y canto a los inmigrantes?

-Los inmigrantes son un colectivo demonizado y hay partidos que consideran que nos invaden, que se quedan con nuestros recursos... Los refugiados tienen derecho a huir de la represión y los inmigrantes, a ser tratados con respeto a los Derechos Humanos. Alemania ha acogido a más de un millón de refugiados en dos años. Tienen empleo 400.000 y reclaman a más porque la economía los necesita. Una política inteligente sería una inmigración ordenada, pero Europa va en sentido contrario. Ahora ni siquiera se salva a la gente en el mar. Si un pesquero pasa 40 días con inmigrantes sin poder desembarcar, algo muy podrido está ocurriendo en los países europeos.

-Aunque quede para la igualdad real, ¿no cree que la mujer ha conquistado derechos inimaginables hace unas décadas?

-Claro, por el movimiento de mujeres. Los derechos no se regalan, se conquistan. Hace 70 años había sólo 16 países que habían abolido la pena de muerte y hoy son 140. Eso se logra luchando. Hoy partidos y gobiernos cuestionan la violencia por el hecho de ser mujer; así nunca habrá buenas políticas de género. Se ha avanzado, pero hay riesgo de retroceso.

-Si el feminismo está amenazado en Occidente, ¿qué decir en los países árabes o del Tercer Mundo?

-La igualdad entre hombres y mujeres está amenazada en todo el mundo. La violencia y el acoso se dan en cualquier clase social. Es un elemento de represión. A veces viene de la sociedad civil, del hombre que duerme al lado de una mujer; a veces procede del Estado, como en Arabia Saudí. En España, la violencia de género para parejas y ex parejas está documentada y se lucha contra ella, pero las violadas por un desconocido ni aparecen en las estadísticas.

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