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Malú. Cantante

"He encontrado el equilibrio"

Malú.

Malú. / Hors Producciones.

Hija del cantante Pepe de Lucía y sobrina del guitarrista Paco de Lucía, María Lucía Sánchez Benítez (Madrid, 1982) está considerada una de las voces más importantes de la música española. Tras haber venido más de 2,5 millones de discos en toda su carrera, que inició cuando apenas tenía 16 años, una rotura de ligamentos le obligó a hacer una larga parada en el camino. Con más fuerza que nunca, ahora vuelve a subirse a los escenarios con Mil batallas Tour 2022, una gira que recala este sábado en el Auditorio Rocío Jurado de Sevilla.

-Después de tres años de silencio vuelve con Mil batallas. ¿Cómo afronta esta gira?

-Con más ilusión que nunca. La vida me paró de sopetón por una lesión que, en su momento, fue de las cosas más duras que viví, el tener que cancelar una gira, decirle a mi gente que se quedaba sin trabajo... Fue todo durísimo pero con el tiempo me fui dando cuenta de que era algo que yo no hubiera hecho jamás, parar; por mí, porque yo no sentía que tuviese la necesidad de parar. Es cierto que para mí ha sido muy bueno, como ese reencuentro con ésa que solamente ves cuando llegas a casa. El poder convivir más con ella creo que ha hecho que vuelva con una forma diferente de vivir, de vivir los shows, es otra liberación. Yo tenía un perfeccionismo enfermizo; ahora vuelvo con otra perspectiva, más de disfrutar.

-¿Por qué Mil batallas?

-Todos tenemos mil batallas en nuestra vida. Mil batallas representa esa lucha real conmigo misma constantemente, es como la batalla más difícil y luego la más fácil de salir. En este tiempo me he dado cuenta de por qué no llegaba a disfrutar las cosas tan maravillosas que me pasaban. Ahora he encontrado el equilibrio en el que puedo seguir haciendo lo mismo con la misma ilusión, la misma exigencia y el mismo perfeccionismo, pero disfrutando.

-¿Ha cambiado mucho el público en este periodo?

-El temor a haber desconectado con el público siempre está ahí y tiene que pasar. Hay momentos cíclicos en la vida de un artista, tienes momentos impresionantes, momentos no tan buenos, momentos terribles... La vida nos ha obligado a tener este parón y, en lugar de volver con miedo, intento volver con más ilusión que nunca. Quien esté, bienvenido sea, le voy a dar el mejor show de toda mi vida.

-¿Cómo ha evolucionado desde Aprendiz?

-Mucho. Al final es una evolución natural. Grabé Aprendiz con 15 años y tengo 40, al final hay una evolución natural como ser humano y, musicalmente, es evidente, va creciendo contigo la música. Si tengo que hacer un balance es muy bueno.

"La vida me obligó a parar de sopetón pero todo tiene un lado positivo, aunque me costara verlo"

-En alguna ocasión ha asegurado que se fabricó un personaje. ¿Es ahora la verdadera Malú?

-Sí. Estos cuatro años han sido de fusión absoluta conmigo misma, pero cuando empiezas tan pequeña, a mí, que era muy tímida, vulnerable, asustadiza, me daba vergüenza y miedo enfrentarme a las cosas, al final vas poniendo tus muritos. Y luego, cuando llegas a casa y te encuentras contigo misma, te bajas de ese tacón. Estos cuatro años han sido sin ese tacón, han sido con la vulnerable, la pequeñita, la temerosa... y de forma natural se han fusionado las dos: la más fuerte y segura con la que vive y disfruta las cosas de otra forma.

-¿Fue su accidente un punto de inflexión?

-Sí, absolutamente. Yo no hubiera parado nunca, no sentía la necesidad. Todo lo contrario, siempre quería seguir y seguir. Yo era feliz, estaba bien, no notaba ningún síntoma que dijera debes parar. Dicen que todo tiene un lado positivo. Me costó mucho verlo pero me di cuenta de que sí, que verdaderamente lo tenía.

-¿Se ha sentido juzgada por su vida personal?

-Todos los que estamos expuestos de esta forma tenemos la puerta abierta a que se nos juzgue a nivel personal con mucha facilidad, pero tampoco me parece apabullante. Yo empecé con 16 años siendo una chica, en un mundo bastante machista. Ahora peleamos mucho por ese empoderamiento y ese apoyo entre las mujeres, que es lo que verdaderamente nos da la vida, pero aún así seguimos teniendo mucho arraigo de eso. Que se me ha juzgado por mi vida personal, sí; que para mí ha sido más o menos duro, sí; pero como llevo toda mi vida peleando por una credibilidad en un mundo en el que música, mujer y joven era bastante imposible, tampoco me pilla por sorpresa. Para mí, mi gran logro ha sido seguir 25 años después en la música, seguir trabajando y dejarme la piel y la vida en trabajar, en tener una credibilidad como artista que sabía que no era sencillo en este país.

-¿La ha cambiado la maternidad? ¿Existe conciliación en el mundo de la música?

-Existe conciliación igual que en todos los mundos, e igualmente es durísimo. Las mujeres tenemos las varita de ser superheroínas, nos ponemos muchísima presión a nosotras mismas porque queremos seguir siendo las mejores en nuestro trabajo, ser las mejores madres del mundo y queremos seguir siendo mujeres. Nos ponemos una barbaridad de metas a nosotras mismas muy duras, pero lo mejor de todo es que lo conseguimos. Es muy duro, no me quedan momentos del día ni siquiera para desmaquillarme, pero lo he conseguido: consigo estar al 100% con mi trabajo, estar al 100% con mi hija y ¡ya sacaré el tiempo para mí en algún momento! (risas). Forma parte de la conciliación, pero me pasa igual que al resto de las madres trabajadoras de este siglo.

-Echando la vista atrás, ¿añora algo de su anterior etapa?

-No. La vida son etapas. Que me hubiera gustado disfrutarlas más, sí; que quizás esa exigente, pesada, perfeccionista, enfermiza no me dejaba disfrutar tanto de las cosas maravillosas que pasaban o que hacía, sí. Quizás si dijera ¿si volviera atrás qué haría? Disfrutarlo todo, por supuesto, pero realmente no echo en falta nada. Ahora vivo otra etapa en la que sigo trabajando sin parar, en la que crío a mi hija... Es otra etapa, simplemente.

-¿Cómo describiría su estado actual?

-Felicidad, tranquilidad. Me siento feliz y tranquila, y disfruto de lo que hago. Estoy feliz.

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