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Entrevistas

"En la derecha tengo pocos amigos, no les caigo bien"

-El médico dio paso al presentador de televisión y éste al músico. ¿El hobby le ganó al oficio?

-Se van concatenando los oficios. Son distintas cosas de la misma cuestión. Son distintas las sensaciones, pero me encuentro a gusto con todo lo que hago. Se complementan bien. La música tiene un efecto terapéutico, igual que el teatro, que no lo tienen ni la televisión ni el cine. Generan lo que se llaman endorfinas. Después de una actuación estás como volando.

-Canta en el Casino de la Exposición de 1929. ¿Habló con los Pelayo?

-No es la primera vez que voy a cantar en un casino. Estuvimos en el de Gijón.

-Ciudad unida a la novela negra. ¿Le gusta?

-A mí, sí. En eso soy muy antiguo. De Dashiell Hammet, de las historias del agente secreto Sam Spade. Antes había muchos ciclos de cine negro, películas en las que el protagonista siempre era el gran Humphrey Bogart. Libros que leíamos en colecciones muy baratas.

-Chejov y Baroja eran médicos como usted. ¿También le dio por escribir?

-Alguna vez me ha hecho encargos. Escribí una buena novela, Te quiero personalmente, que tuvo bastante éxito. Me la editó Anagrama y se vendió mucho.

-¿Hace falta mala leche para hacer buen café?

-No, en absoluto. No es la tónica del programa. El Intermedio tiene más audiencia que el informativo de La 1, lo que dice bastante poco de los informativos de la televisión pública.

-¿Qué distingue a su programa?

-Nació como una visión distinta de la actualidad, centrada en esa actualidad tal como la ven los diferentes medios de comunicación; algunos se decantan tanto que son órganos de propaganda.

-¿Recuerda cuando fue a Lepe a jugar un partido de fútbol de políticos contra humoristas?

-Jugué ese partido. Lo recuerdo perfectamente. Lo organizó Manolo Summers, que en paz descanse.

-¿Es futbolero?

-Me gusta mucho, pero soy de verlo en casa con amigos y montar el lío.

-¿Qué perfil del Papa elegiría El Reverendo?

-Posiblemente, Bukowski o algo así.

-¿A Wyoming le llama alguien señor Monzón?

-Tengo que hacer muchos trámites oficiales, como todos los ciudadanos.

-¿Qué vínculos tiene con Andalucía?

-Todos los veranos hago una gira por Cádiz. Me paso el mes de agosto tocando en las playas. Mi segunda casa está en un punto de la provincia de Cádiz. Me siendo un andaluz más.

-¿Qué repertorio interpreta?

-Hacemos la música que nos gusta. Una historia del rock and roll desde los años sesenta a nuestros días.

-¿Nunca volvió a presentar un programa de música en televisión?

-Se llamaba A media voz y duró mucho tiempo en La 2. Sacábamos cantantes noveles y otros no tanto, como Gabinete Caligari cuando estaban empezando. Hoy no se podría hacer un programa así. Era un programa para darle la oportunidad a grupos desconocidos; ahora no hay espacio ni para los grupos conocidos. Sólo hay espacio para los concursos reality. La música ha desaparecido de la programación. Eso no pasa en ningún otro país. Antes había programas dedicados al jazz, al flamenco.

-¿Dejó la medicina?

-Hice la mili entre Madrid y Cáceres, el centro de instrucción de reclutas de Santa Ana. Terminé la carrera de Medicina y estuve pidiendo prórrogas. Al final, estuve de soldado y de médico. Haciendo trasplantes en un hospital. Dejé la medicina un par de años después. Hice suplencias de ambulatorio.

-¿Su primer programa en televisión?

-Un consultorio sentimental para gente joven, también en La 2, que se llamaba Tablón de anuncios.

-¿Tiene amigos en la derecha?

-Algunos, pero pocos. No les caigo muy bien. Y en la derecha oficial menos. En cuanto se profesionalizan, adiós a los amigos.

-¿Participó en la movida madrileña?

-Más que protagonista, fui testigo. Estaba allí al lado, la veía, la disfrutaba, me iba a los bares.

-¿Ha hecho cine con Almodóvar?

-Con todos los demás. Con Fernando Colomo, con Fernando Trueba, con Gonzalo Suárez. Con Carlos Saura hice un papel muy especial, de Buñuel con ochenta años en la película Buñuel y las minas del rey Salomón.

-Buñuel decía que era ateo por la gracia de Dios.

-Yo fui sucesivamente creyente, agnóstico, ateo y ahora no me gusta la figura. Pensar que esto es la obra de alguien es una broma de muy mal gusto.

-¿Por qué Wyoming?

-Porque cantaba siempre en inglés.

-¿Por qué cayó Caiga quien caiga?

-Es un gran misterio todavía por aclarar. Gobernaba Aznar y desaparecieron todos los programas de debate de todas las televisiones. Hasta El Informal y los debates entre los candidatos en campaña. Caiga quien caiga era un formato argentino que nunca se había hecho en España. Llegamos al tener al Rey como colaborador involuntario. Hasta entonces los políticos tenían un cordón de seguridad al que no era posible acceder. Era la primera vez que un periodista seguía 24 horas a un político para preguntarle cosas que tuvieran que ver con su cometido, por supuesto.

-¿Los Goya van a terminar siendo los Picasso con esa decantación política a la izquierda?

-La gente no se da cuenta de que en este país cuando usas la libertad de expresión tienes que pagar un precio. Cuando alguien recibe un premio y está en el mejor momento de su carrera, me parece muy bien que se acuerde de los que acaban de echar de sus casas, no del que le ha hecho la revisión del superdeportivo que conduce. Estoy muy orgulloso de que los actores se acuerden de los más débiles. Que el ministro de Hacienda amenace con perseguirlos por la vía fiscal es más propio de un totalitarismo que de una democracia. Los Oscar serían así si en Estados Unidos hubiera un Gobierno como el de aquí. Allí te echan a la primera mentira. A Clinton lo echaron por mentir. Ni siquiera lo juzgaron por la Lewinsky. ¿Cuánto duraría Rajoy?

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