pedro ruiz actor, humorista

"Nos han dado lecciones los últimos de la clase"

-¿Actor, humorista, escritor, presentador?

-Si me preguntaran qué soy, diría que poeta.

-¿Y la prosa?

-La de Muñoz Molina. Coincido con él en que este país sale adelante porque hay gente honrada que todos los días se levanta a las ocho de la mañana. Pero añadiría que sobre ésos hacen piruetas los listos.

-¿Le temen los políticos?

-Los políticos a lo único que temen es a la insumisión fiscal. Si hay cien mil personas en la calle, saben que mañana se juega un Barça-Madrid.

-Uno, pequeño y libre. ¿Guasa o incorrección política?

-Nunca usé tarjetas. Con 17 años, harto de que me dieran tarjetas en las que decía agregado consular de no sé, consejero delegado de no sé cuántos, me hice unas tarjetas que decían Uno, pequeño y libre.

-¿Qué le lleva de la universidad a las salas de fiestas?

-Un espectáculo en el que hacía cuarenta tipos distintos y con el que pretendía ayudar a un compañero, José María Durán, al que amenazaron con abrirle un expediente en Radio Nacional de España.

-Durán es un sevillano de El Pedroso, hermano de Joaquín Durán, director general de Canal Sur. ¿Ha llamado a sus puertas?

-Para las televisiones yo no existo. No me quejo, es todo un honor, porque sólo quieren a personas rendidas. En ocho años de gobiernos de Zapatero no me dieron ni un minuto en Televisión Española y el otro día lo vi diciendo que no ha habido una televisión más plural que la suya.

-En 1987 fue nominado a un Goya por su papel en Moros y Cristianos, de Berlanga. ¿Quién se llevó el galardón?

-Juan Echanove por Divinas Palabras. También nominaron a Agustín González. Para mí el premio fue trabajar con Berlanga y coincidir durante dos meses y medio de rodaje con Fernando Fernán-Gómez.

-¿Cuántos Berlangas harían falta hoy?

-Con esas situaciones berlaguianas, muchos. Dirigió Todos a la cárcel y yo escribí Pandilla de mamones.

-En 1972, con 25 años, presentó Estudio Estadio. ¿Ha llegado el Sálvame al fútbol?

-Yo creo que sí, con Punto Pelota, Tiqui-Taca, Toco-Toco. No me dejan trabajar en la tele y se quedaron con el nombre del programa.

-¿No habría que cambiarlo por Estadio Estudio? Decían que con la muerte de Franco, el fútbol desaparecería, pero al tercer día resucitó. Vizcaíno Casas tenía razón...

-A mí me merece mucho más crédito Vizcaíno Casas que Juan Luis Cebrián.

-Además jugaba al ajedrez con Buero Vallejo...

-Se echa en falta ese espíritu dialogante con el contrario. En mi libro Testamento el prólogo es de Alfonso Ussía y el epílogo de Jordi Évole. No me gusta el sectarismo. Los políticos se han cargado un país extraordinario. Un militante es un ciego que chilla.

-¿Todo se compra y se vende?

-Yo soy la única persona que juega con los veteranos del Madrid y del Barcelona. Coincidí en los juveniles del Barça con Rexach, y en el último partido con el Madrid Zidane me dio un pase de cuarenta metros. En uno de esos partidos le decía a Del Bosque que llegará el día que al punto de penalti le digan el punto Danone y al saque de esquina saque Seur.

-¿Del Barça y del Madrid?

-En TV3 no se lo creían. Los políticos han convertido el odio en negocio.

-¿Qué le parecen los resultados del último informe PISA?

-Que durante los últimos 25 años nos han dado lecciones los últimos de la clase. Faltan ejemplos. Coincidí una vez en Oviedo con Severo Ochoa, que había perdido a su mujer y me decía que le faltaba el motivo para vivir. Nos dieron un Seat Ibiza a él, a Fernando Martín y a mí. Don Severo, al recogerlo, dijo que no se lo merecía. Un Nobel.

-¿Se libró de la mili por pequeño o por libre?

-No soy bajito, soy humilde de talla. Hice la mili de voluntario en Intendencia, en Barcelona. Y no juré bandera. La patria es el último refugio de los miserables.

-Como barcelonés, ¿trata a los políticos catalanes?

-Me gustan cosas que dice Albert Rivera y he comido con Carod-Rovira. Me han querido fichar todos los partidos menos el PP, pero saben que es imposible.

-¿Qué es más factible, su independencia o la de Cataluña?

-La mía ya la he conseguido y el precio que he tenido que pagar es muy caro. Independencia es soledad.

-Encarnó a Sancho Panza en una obra de teatro de Alfonso Sastre. ¿País de Sanchos o de Quijotes?

-De Sancho a diario, de don Quijote en momentos puntuales. España es un país muy heroico en los momentos puntuales, muy cobarde en lo cotidiano.

-¿Corre sangre andaluza por sus venas?

-Juana Céspedes, mi madre, era de Cuevas de Almanzora. Se casó con Federico Ruiz, un vallisoletano que era chófer particular. Y mi abuelo materno de Garrucha. Llevo en una mano el anillo de mi madre y en la otra un reloj que me regaló Rocío Jurado.

-En la Gran Vía ponen Hoy no me puedo levantar y Marta tiene un marcapasos. ¿Vuelve la movida madrileña?

-No soy muy de musicales. Ni Los Miserables ni El fantasma de la Ópera. El único musical que me gustó fue Dancing, de Bob Fosse, con una cámara negra y ocho bailarines.

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