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Entrevistas

"Estamos convirtiendo este mundo en un zoco"

-¿El euro es un apócope de Europa o una Europa que sabe a poco?

-Es una Europa mutilada, porque lo que nos interesa es Europa y no el euro. A mí me gusta repetir que lo que tenemos en común, si miramos el diseño de 1944, es Europa. El euro no es más que una moneda y no puede convertirse nunca en algo nuclear. Se ha empezado la casa por el tejado, se ha hecho una unión monetaria sin haber hecho antes, por ejemplo, una unión fiscal.

-¿Y cuál es la alternativa?

-Una Europa fundamentada en la ética y en los principios democráticos, que por cierto están definidos en la propia constitución de la Unesco. Hay una obcecación estrictamente económica, hasta el punto de que cuando la Unión Europea recibió el Premio Nobel de la Paz se dijo que íbamos a salvar el euro, en lugar de salvar Europa.

-¿Cómo se llevaba en su época de rector de Granada con los ministros de Educación?

-En aquellos momentos el ministro fue un gran impulsor de la Educación. En su mandato se pusieron en marcha las universidades autónomas de Madrid, Barcelona y el País Vasco, la Universidad a Distancia, los cursos para mayores de 25 años, la Educación Superior; aprobó la Ley General de Educación. No tenía ningún mérito personal llevarse bien con un ministro comprometido en el fomento de la educación.

-¿De qué ministro habla?

-De José Luis Villar Palasí.

-Y de ministro de Educación, ¿cómo se llevaba con los rectores?

-Muy bien, porque los conocía a todos. La clave de la gobernación es la escucha. Los que saben de Educación universitaria son los rectores, los ha elegido la comunidad universitaria. Sin embargo, no todos los ministros de Educación han dejado la ideología y la obediencia partidista. En la época de Franco hubo un ministro que me dio una hora para abandonar el cargo que tenía en aquel momento de presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

-¿Qué ministro era?

-No se lo voy a decir.

-¿Comparte con Alfonso Guerra la tesis de que la desaparición de la UCD mermó la calidad de la democracia española?

-Mire, yo fui independiente en la UCD. Cuando el presidente Adolfo Suárez me pidió que yo fuera en las listas por Granada, figúrese un catalán por Granada, le dije que yo no podía obedecer a nadie más que a mi conciencia. Reitero lo de independiente porque desde el Gobierno en los temas suprapolíticos se debe actuar con independencia de la ideología a que uno pertenezca. Como científico me niego a aceptar cualquier geometría política de izquierdas y derechas que afecte al rigor científico, a la educación o la sanidad. Hay temas suprapolíticos donde nunca debe de haber un sesgo ideológico o de creencias y debe primar el rigor de los análisis para resolver las cuestiones.

-Es catalán de nacimiento. ¿El proceso de soberanismo, al hacer una España menos fuerte, implica también una Europa menos fuerte?

-Empiezo por decirle que a mí me interesa el mundo. En nuestras responsabilidades intergeneracionales con nuestros hijos, con nuestros nietos, los grandes desafíos son hoy de carácter mundial. El medio ambiente, la investigación, la salud. Es como creer que en el caso de una gran pandemia nos vamos a librar por pertenecer a una ciudad o a un país. El cambio climático nos ha hecho ciudadanos del mundo. Sé, con don Antonio Machado, que para ser universal ama tu pueblo. Está muy bien que los andaluces amen Andalucía y los españoles amen España, pero no a costa de crear fronteras en esos temas. La mejor manera de proteger lo local es esa dimensión global.

-Fue el rector del mayo francés en Granada...

-Pues sí, tomé posesión en mayo-junio de 1968. Hasta 1972. Una etapa muy bonita. La juventud quería cambiar el mundo, como ahora. Pero hoy podemos y entonces se podía menos. Siempre cito una frase de Camus muy importante en mi vida: Les desprecio porque pudiendo tanto se han contentado con tan poco.

-El Málaga, con patrocinio de la Unesco, se enfrentará al Oporto...

-Me parece muy bien. Lo que no me gusta tanto es que los equipos de fútbol se conviertan en corporaciones económicas. Se habla de mercado de primavera de futbolistas como aquellas ventas de esclavos. Con la particularidad de que son personas que dominan algo que a mí me entusiasma. Pero no entiendo que la Liga esté vinculada con un banco, los equipos con multimillonarios árabes. Estamos convirtiendo este mundo en un zoco.

-¿La protección por parte de la Unesco no puede fomentar el nacionalismo de las ciudades?

-Me parece fabuloso que las ciudades se sientan orgullosas de ser Patronato Mundial. Tiene ventajas muy importantes desde el punto de vista turístico.

-Vino a Sevilla al funeral de Carrillo Salcedo...

-Pilar Paz Pasamar nos llamaba hermamigos. Lo conocí en 1963. Vivíamos en un cuarto muy humilde en la Vega de Granada. Él catedrático a los 28 años, yo catedrático a los 29. Él humanista; yo bioquímico. Era un ciudadano del mundo que amaba su pueblo.

-Se ha criticado su apoyo al acercamiento de los presos de ETA...

-Todo eso ha sido una vergüenza y se han dicho auténticas barbaridades. Lo que sí es cierto es que yo grabé un vídeo de dos minutos y diez segundos en el que dije que los padres no tienen por qué pagar las consecuencias de los actos delictivos de sus hijos ni los hijos las de sus padres. Eso es así les guste o no a los partidarios de que los presos de ETA sigan alejados. Si yo pienso en alguien es en las víctimas, no sólo las de España, porque las he visto en todo el mundo. Las víctimas de la guerra de Iraq abandonadas a su suerte o las que todos los días mueren de hambre. En cuestiones de justicia no tenemos que hacer nunca excepciones.

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