Óscar Huertas Rosales | Bioquímico y divulgador científico

"La ciencia necesita sus tiempos"

Óscar Huertas Rosales.

Óscar Huertas Rosales. / M. G.

En su actividad al frente de Laniakea ejerce de divulgador científico y promotor de actividades relacionadas con la difusión de la actividad investigadora. Nacido en Granada (1986) durante años compaginó su tarea como bioqímico con la de divulgador. En septiembre de 2016 crea su propia empresa dedicada a promocionar la ciencia. Entre otras actividades, organiza Desgranando Ciencia, uno de los encuentros más rompedores en Andalucía en lo que se refiere a la difusión de lo que miles de científicos hacen dentro de sus laboratorios.

–Lo que se vive en la actualidad con la crisis del coronavirus, ¿es el mayor experimento científico de la historia de la humanidad?

–No sé si el mayor, pero sí uno de los más interesantes. Creo que nos enfrentamos a un reto grande, aunque no es la primera vez que la humanidad se enfrenta a algo así. Hemos tenido otras pandemias, como la mal llamada gripe española, pero evidentemente nunca habíamos estado tan interconectados. La velocidad a la que nos movemos hace que hoy día una pandemia sea un problema mundial, no local.

–Ahora todo el mundo gira la vista a la ciencia. Hay quien se pregunta por qué no hay nada preparado, por qué nadie lo vio venir... ¿Cómo responde un científico ante estas dudas?

–La misma respuesta que damos desde hace mucho tiempo. La ciencia necesita sus tiempos, necesita inversión, necesita un gasto necesario para estar preparados cuando llega una cosa como esta. Aunque haya quien piense que la ciencia está tardando en reaccionar, se está haciendo todo muy rápido. Se van a desarrollar kits diagnósticos en semanas, tratamientos en meses y una vacuna en menos de un año. Es lo que se tarda en hacer todos los años la vacuna de la gripe. La ciencia requiere tiempo. Simplemente dadnos ese poquito tiempo.

–Venimos de un momento en el que la crisis hizo estragos en la ciencia y ya se ve venir otro momento de recesión... ¿Está la ciencia preparada para otro batacazo?

–Lo que espero es que una de las enseñanzas más valiosas de esta crisis sea que nos demos cuenta de que la ciencia y la sanidad son sectores son sectores determinantes. No se puede recortar en ciencia, no se puede recortar en educación. Espero que saquemos esta enseñanza. Se puede salir de la crisis de muchas maneras, pero recortar en la ciencia no es la manera. Los países que mejor van a resistir son los que tienen más investigadores y que han sabido reaccionar mucho más rápido.

–Destaca la cantidad de epidemiólogos que han salido hasta debajo de las piedras...

–[Risas] Epidemiólogos ha habido siempre. Sí es verdad que tienen un trabajo muy ingrato, porque suele ser a posteriori. Y ahora se les pide opinión a priori... Y hay que tener cuidado. Existe como ciencia, se enseña en la Universidad...

–¿Cómo reacciona un científico cuando ve la cantidad de gente que es capaz de hablar de virus, vacunas, propagación...?

–Siempre se hace el símil de que un científico sabe un kilómetro de profundidad de un centímetro cuadrado del océano. En el periodismo es al contrario, un conocimiento de un kilómetro de extensión y de un centímetro de profundidad. Los científicos están muy especializados y una cosa buena de esta crisis es que estoy viendo a muchos científicos en los medios, y a menos cuñados. Espero que se mantenga esa tónica.

–Usted dejó el laboratorio para lanzarse a divulgar, ¿por qué?

–Fue por preferencia mía. Me gusta aprender cosas y enseñárselas a los demás. Es verdad que la ciencia está mal pagada, hay pocas oportunidades y no siempre se puede llegar a donde se quiere llegar.

–En los últimos años se ha vivido un aumento notable de actividades divulgativas... en bares, en parques, en ferias, en institutos...

–Los que veníamos desde hace años impulsando la divulgación hemos tenido la capacidad de llegar a esto. Venimos de años que no han sido malos para a ciencia. El Horizonte 2020 ha impulsado la divulgación y también hemos convencido a los investigadores de que tienen que bajar de su torre de marfil. Es un boom de la divulgación que viene con una generación de científicos que ha empujado desde abajo.

–Otra cuestión es que no todos saben divulgar...

–Una de las cosas que hacemos es enseñar técnicas de divulgación. Si es importante divulgar, más importante es saber divulgar. No todo el mundo tiene que hacerlo, pero sí es importante que los proyectos se conozcan.

–¿De verdad se despiertan vocaciones científicas en estos encuentros?

–Hace unos años se publicó un artículo que venía a decir que divulgábamos para científicos. Pero poco a poco, los eventos han pasado de ser de 20 personas a congregar a cien... Si no llegamos a la sociedad poco nos falta. Es una forma de cultura. Igual que hay quien va a un concierto, hay quien sigue eventos de divulgación científica. Y los hay de todos los niveles.

–¿Es buen lugar un bar para hablar de ciencia?

–¿Le vamos a poner puertas al campo? Creo que no. Cuando en un libro de ficción encuentro una nota científica, me encanta. ¿Toda la divulgación se tiene que hacer en un bar? No, ni de coña. Pero hay gente a la que enganchas en un bar y luego viene a otros eventos.

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