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Julián Casanova. Catedrático de historia contemporánea

"Sabemos más de Franco que de Isabel la Católica"

-¿Por qué 40 años con Franco cuando se cumplen 40 años sin Franco?

-Cuarenta años sin Franco es el título del trabajo de Ignacio Martínez de Pisón. Queríamos ver qué queda de algo que marcó la historia del siglo XX en España y cuya sombra, pese a cambios sociales, políticos y económicos, sigue siendo todavía alargada.

-¿Qué aporta en el libro al día de la Mujer Trabajadora que hoy se celebra?

-La historiadora Mary Nash estudia la situación de la mujer en el sistema patriarcal franquista. En el periodo 1945-1965 se consolida la subordinación de la mujer, el discurso de género. Entre 1939 y 1977 no hubo ni una mujer en un consejo de ministros.

-Pilar Primo de Rivera y Carmen Polo sí mandan...

-En el libro hay diez biografías de nueve hombres y una mujer, Pilar Primo de Rivera, que actúa como un hombre. Era la hermana del Ausente, el hombre que podría haber cambiado la historia de España aunque no era nadie en el 36.

-¿Y Carmen Polo?

-Representa las virtudes de la mujer austera en un país que regían como si fuera un cortijo.

-¿Olvido o desmemoria?

-Hay memorias divididas y poca aceptación del pasado. Hay gente que todavía discute la violación sistemática de los derechos humanos en el franquismo.

-Un libro asegura que Stalin ordenó la ejecución de José Antonio y otro habla de la mutua admiración con García Lorca...

-Lo de Stalin es una soberana tontería. José Antonio no sacó ni acta de diputado. Funda en 1933 el último partido fascista de Europa y es hijo del dictador Primo de Rivera. El verdadero líder de la derecha española era Calvo-Sotelo.

-Usted es profesor en Zaragoza, donde dice Preston que Franco se aficionó a los toros...

-Cuando estaba al frente de la Academia. Preston retrata un personaje de carne y hueso al que le gustan los toros y juega a la lotería.

-¿Es casual que el mismo año, 1953, firme España los acuerdos con Estados Unidos y Concordato, apoyo material y espiritual?

-Es la confirmación de que la dictadura se consolida. Los años cuarenta son años de autarquía, hambre, miseria, boicot con la ONU, la presión de México, existe la guerrilla, que dura hasta el 51. Franco firma el Concordato, pero la bendición religiosa no era suficiente. España se convertía en el único Estado confesional de Occidente. Estados Unidos le dio apoyo económico, estratégico.

-Volviendo a Zaragoza, allí jugaba Marcelino, autor del gol a la URSS en 1964, 25 años de Paz. ¿Por qué no incluyen el deporte en el franquismo?

-Lo estudiamos en otros trabajos, su aparición como deporte de masas después de la Segunda Guerra Mundial, la utilización por Franco del fútbol y del Real Madrid. Preferimos centrarnos en el cine y en la literatura. El franquismo supone la ruptura con una tradición liberal que va del 98 al 27. La rompe con la censura, con la muerte y el exilio de muchos autores.

-¿Una película y una novela representativas?

-Aparte de Raza, por supuesto, La Caza de Saura es una interpretación preciosa de la Guerra Civil. El verdugo se cuela en la censura. De las novelas, Tiempo de silencio de Martín Santos lo dice todo de esos tiempos de la autarquía y el estraperlo. El silencio, la represión, las tradiciones orales de los vencidos que desaparecen por miedo a comunicárselas a sus hijos.

-¿Y la vida cotidiana?

-Se nota en el diseño de los ritos y fiestas. La fiesta nacional del 18 de julio conmemora un golpe de Estado. En Estados Unidos el 4 de julio celebra el día de la Independencia, en Francia el 14 de julio es la toma de la Bastilla, en España el 18 era una fiesta de división.

-Franco presumía de que ganó una guerra y no metió a España en otra...

-Los dos grandes mitos de Franco son la neutralidad en la Segunda Guerra Mundial y que fue el artífice del desarrollo. En la guerra es neutral porque pedía mucho a cambio y no podía aportar nada. Hay 47.000 españoles luchando contra los bolcheviques en el frente rojo.

-¿Y el desarrollo?

-En 1957 el país estaba bajo mínimos. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, que nos suenan mucho ahora, le dicen que o cambia de política económica o se hunde. Con Carrero Blanco como referente, Franco aparta a los falangistas y les da el timón de la economía a los tecnócratas del Opus Dei.

-¿Está el país preparado para este tipo de libros?

-Si en vez de Franco, el libro hubiera sido sobre Isabel la Católica, hablarían de nosotros como los mayores especialistas. Y sabemos infinitamente más de Franco que de Isabel la Católica. Pero pese al rigor que hay detrás de estos trabajos, de estar hechos, con la salvedad de Martínez de Pisón y Carlos Gil, que son más jóvenes, por una generación de profesores que llevamos treinta años investigando, hay gente que lo considera opiniones, como si hablar de Franco estuviera bajo sospecha. Es el único país donde pasa eso. No sé por qué cuando les hablas de franquismo, piensan en la Guerra Civil. No tiene sentido que se hagan fiestas para recordar cosas antiguas y esté vedada la memoria de nuestros abuelos y bisabuelos.

-Un libro de catedráticos contra catedráticos...

-Hubo catedráticos que estuvieron al frente de los Tribunales de Responsabilidades Políticas o de Represión de la Masonería y el Comunismo. Al magisterio se le consideraba responsable de la secularización y hubo cincuenta mil expedientes de depuración de maestros. Surgió una universidad endogámica.

-Franco le regaló a los historiadores un cuñado y un primo...

-Serrano Súñer es fundamental. A los hermanos los habían asesinado en Madrid. En Salamanca, convence a Franco de que un Estado es otra cosa, necesita una ley de prensa, un partido único. Con la derrota del Eje, cae en desgracia. No se conoce un retrato mejor de Franco que el de las Conversaciones con su primo Francisco Franco-Salgado Araujo.

-¿Se suavizó el régimen?

-Ninguna dictadura puede sobrevivir sólo reprimiendo. Necesita bases sociales.

-¿Qué fue el nacionalcatolicismo?

-El barniz para desmarcarse de los fascismos derrotados en Europa. La Iglesia y el Ejército fueron sus dos aliados. El Ejército hasta el final, salvo el grupito de la UMD que sale al calor de la revolución de los claveles. A Pío XII lo nombran Papa unos meses antes del final de la Guerra Civil y es el artífice de la Cruzada. Con Juan XXIII y Pablo VI empiezan las disidencias. Por un decreto del 38, se unen los mártires de la Iglesia con los mártires de Falange en el segundo aniversario de la muerte de José Antonio. A algunos como al cardenal Segura en Sevilla, no le hacía gracia que en iglesias románicas, góticas o barrocas pusieron José Antonio Presente, y tuvo problemas con Franco.

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