Vicente de los Ríos | Asesor en procesos de digitalización de compañías

"Cada vez somos más robots y menos personas"

Vicente de los Ríos.

Vicente de los Ríos.

Ingeniero superior de telecomunicación y executive MBA por el IE Business School, Vicente de los Ríos es un hombre entusiasta, dinámico y con una energía que contagia a cualquiera que lo escuche. Asesor en procesos de digitalización de compañías, director del programa de transformación digital de la EOI y mentor digital de directivos, entre otras cosas, ahora acaba de lanzar al mercado El misterio de reinventarse (ExLibric), un libro con una serie de pautas para que los profesionales se conviertan en protagonistas de su desarrollo para optar a un mejor futuro laboral más allá de su ocupación actual.

-En El misterio de reinventarse habla de adaptarse a los tiempos para variar el rumbo profesional. ¿Siempre desde el ámbito tecnológico?

-Vivimos una época en la que la tecnología parece que lo llena todo. Las personas cambiamos de hábitos y las empresas de modelo de negocio a causa de la tecnología. Pero ésta no es un fin en sí mismo, es un medio que debería ayudar a las personas a vivir mejor, a las empresas a cumplir sus objetivos de negocio y a la sociedad a mejorar. Creo que estar preparado para una futura reinvención tiene mucho más que ver con aspectos humanos que con aspectos tecnológicos. Nos preocupa que los robots nos quiten el trabajo en el futuro, cuando nosotros cada vez somos más robots y menos humanos.

-¿Los más reacios a las nuevas tecnologías pueden formar parte de ese cambio o sólo es apto para los que se adapten a ellas?

-La tecnología ha sido muy abandonada en el mundo profesional frente a materias como las finanzas. Hasta ahora no se ha visto el conocimiento tecnológico como una característica clave para ser, por ejemplo, presidente de una empresa. Vivimos la época de la historia en la que la tecnología es más accesible para todos, por eso hay que fomentar que las personas se formen, inviertan en tecnología y vean que es una oportunidad más que una amenaza.

-¿El optimismo de la reinvención laboral no camufla, en cierto modo, un mercado laboral bastante precario?

-Podría ser, aunque creo que el tema hay que verlo de manera diferente. Intentamos trabajar toda la vida en una empresa y si es en el mismo departamento, mejor. Si salimos de nuestra empresa, intentamos encontrar algo igual y así es muy difícil. Ver esta situación como una oportunidad de hacer otras cosas diferentes, con un modelo laboral distinto, debe ser una opción a valorar. Pero para poder optar a esa nueva opción hay que prepararse antes. En ese sentido, el libro está pensado más como una guía para los que todavía no saben que les tocará reinventarse, que como una solución para los que desgraciadamente están en búsqueda de trabajo.

-En contraposición a esta idea, en el libro habla de unos principios para optar a un mercado laboral mejor. ¿Cuáles son?

-El libro habla de diez principios a seguir. Cinco son antes de tenerte que reinventarse y los otros cinco para tener un plan si toca hacerlo. Los principios previos que ayudan a estar preparado son no ceder el control total de tu desarrollo profesional a tu empresa, tener curiosidad y nunca dejar de aprender, la importancia de las relaciones humanas, ser persona, no personaje, y cultivar el espíritu de servicio. Los cinco restantes son buscar tus puntos fuertes, rediseñarte como negocio, decidirte, buscar apoyos y compartirlo, porque otros lo pueden necesitar.

-¿Cómo debe ser el espíritu de alguien que quiere reinventarse?

-Creo que se tiene que ver en todo una oportunidad. No se si esto sería como decir ser optimista, porque soy consciente de que muchas situaciones son tan complicadas, que hablar de optimismo puede parecer naïf. Es una época de conocer; entender cuáles son tus puntos fuertes, cuál es tu producto y saber venderlo. Si optas por trabajar por cuenta propia, al producto hay que sumarle un modelo de negocio que te garantice una buena vida para tu familia y tener clara la visión, buscar apoyos y no ser indeciso.

-De ejecutivo en Teléfonica a asesor de empresas, ¿cómo se pasa al otro lado?

-Ha sido un proceso curioso. Trabajar 25 años en Telefónica, a la que estoy muy agradecido por todas las oportunidades que me ha dado, ha sido un máster de vida impagable. Haber aprendido tanto sobre gestión de negocios, a liderar equipos, sobre tecnología y a relacionarme con el ecosistema me ha permitido simultanear el asesor digital, mentor de directivos, profesor y conferenciante, y ser tan feliz en esta nueva vida como en la anterior de directivo.

-Destina todos los beneficios a Cáritas.

-En mi familia estamos muy vinculados. Mi mujer es voluntaria en su tienda de Madrid. Cáritas se preocupa de que las personas que tienen más necesidad puedan salir adelante, me pareció que ese fin merecía la pena. Los que tenemos más fortuna en la vida debemos velar por los que no tienen tanta suerte.

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