Francisco Javier Esteban Poullet, conocido por todos con el sobrenombre de Bini, nos dejaba para siempre este pasado domingo.

Nació y desarrolló su vida en el Puerto de Santa María, donde era conocido por todos. De carácter dicharachero, amante de la calle y los bares, era fácil coincidir con él durante el día o la noche, forjándose como un personaje social ineludible de la ciudad.

De su figura delgada, distinguida y personal, destacaba sus negras y en ocasiones largas barbas y bigote, que gustaba acariciar y cuidar, tan presumido él.

Con carácter único, vital, de rebeldía adolescente, Bini se comportó siempre como un señor, educado y respetuoso con todos y todo. De vida bohemia, amante y buen conocedor de los vinos de Jerez, gustaba saborearlos en las mañanas mientras leía el Diario de Cádiz.

De su personalidad destacaba la gran afición que tenía por la bicicleta, su compañera inseparable, con las que realizó largas rutas.

Solterón empedernido, su corazón solo estuvo habitado por Mayte, su amor platónico que nunca abandonó a pesar de no ser correspondido. Con el pasar de los años ella se convirtió en el eje de su vida.

La pérdida de Javier en nuestras vidas, deja un gran vacío imposible de remplazar, permaneciendo por siempre en el recuerdo y en el corazón de sus amigos. Cada vez que mi mano sostenga una copa de catavino brindaré por él y por su eterno reposo.

Su alma ya descansa en paz en ese lugar destinado solo para los más grandes.