El lunes comenzaron las obras de remodelación de la avenida de la Bajamar, que pretende peatonalizar el tramo comprendido entre el muelle del Vapor y la calle Compositor Javier Caballero. Por este motivo, la avenida de Micaela Aramburu ha sido reseñalizada, pasando a tener un doble sentido para el tráfico y a eliminar todos sus aparcamientos. Vecinos y comerciantes de la zona han tenido que adaptarse a marchas forzadas a este nuevo panorama, que durará aproximadamente unos seis meses. En líneas generales, empresarios y ciudadanos se muestran descontentos con las medidas provisionales de reordenación de la zona.

Francisco Javier Rodríguez, trabajador del bar Liba, uno de los comercios más antiguos de la Bajamar lo tiene claro: "Semipeatonalización, estamos de acuerdo. Pero antes deberían ofrecer más aparcamientos. ¿Dónde van a aparcar los coches de la gente que quiera venir a la zona? Podrían ponerse más infraestructuras, nuevos parkings. Personalmente, tardo menos en llegar al Continente que en aparcar en el centro porque en esta zona me llevo media hora buscando donde dejar el coche" .

Las quejas de los negocios van encaminadas también al difícil estacionamiento, que condiciona negativamente el trabajo de los negocios. "Aquí no podemos estacionar para la carga y descarga. Esta mañana unos operarios me han reñido por aparcar aquí cerca e intentar descargar. Nos tenemos que ir muy lejos para traer nuestros productos al bar", comenta Lola Moreno, empresaria y gerente de La Taberna de Lola.

Otra protestas se centran en las fechas designadas para la obra, que se desarrollarán a lo largo de la temporada de verano. Para Óscar González, trabajador del bar Puerto, "han elegido una fecha muy mala ya que ésta es la época en la que recibimos más turistas. Nos reducen considerablemente las ventas porque a una zona con obras viene menos gente. No dudo que para un futuro podría venir bien la remodelación, que la peatonalización suponga un progreso para El Puerto, pero ahora mismo, en un año muy difícil por la crisis económica, nosotros tendremos que pasar un mal verano".

Victoria Arrobas Vila, propietaria de una farmacia situada en esta avenida es de la misma opinión. "Me parece que todo lo que no sea hacer aparcamientos antes de una obra de estas dimensiones está mal planificado. Antes de peatonalizar, es lógico que las personas que quieran venir al centro con sus coches o en autobús puedan estacionar. La gente da vueltas y vueltas, no encuentra dónde aparcar y se van a otro lugar. A nuestra farmacia venían muchos clientes que estacionaban cerca unos minutos para llevarse sus medicamentos, y ahora no pueden hacerlo". "La doble dirección es una ruina para los negocios de la zona", añade .

Muchos de los comercios lamentan que se inicien las obras de remodelación sin una consulta previa a los empresarios y vecinos. Algunos de ellos, planten una recogida de firmas para proponer al Ayuntamiento soluciones a esta falta de estacionamiento. Pero la mayoría de los comerciantes no se oponen a las obras en Bajamar, sino a los cambios que ha ocasionado en Micaela Aramburu.

En cambio no todos son de la misma opinión. Luis Sánchez, un vecino de la zona, comenta: "A mí me parece bien que se peatonalice el tramo del paseo marítimo porque así la gente podrá pasear tranquilamente con la familia, como buena parte de los paseos de España".

Desde el pasado viernes, los vehículos ya son desviados en Bajamar hacia Micaela Aramburu.