La concesionaria de la piscina municipal portuense ya ha dirigido una carta al Ayuntamiento para pedir formalmente el cierre de las instalaciones, ante la imposibilidad de desarrollar el servicio respetando las restricciones impuestas por el Covid.
Como se recordará, la empresa quiso dar este paso de forma unilateral la pasada semana, saltándose la preceptiva comunicación al Ayuntamiento, propietario de las instalaciones, y fijando el cierre de la piscina para el 2 de noviembre.
Finalmente, y tras el tirón de orejas municipal, la piscina sigue abierta pero este servicio puede tener los días contados, máxime cuando todo hace pensar en nuevas restricciones si la pandemia no mejora.
De momento se han suspendido los cursillos y solo se puede practicar la natación libre, aunque con serias restricciones. Es necesaria la cita previa y solo puede haber un nadador por calle, mientras que en los vestuarios solo puede haber simultáneamente dos personas en cada módulo.
De momento el Club de Natación Portuense sí sigue entrenando en las instalaciones.
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