El Puerto

La oficina del voluntariado trata de profesionalizarse con apoyo municipal

  • El servicio sirve para poner en contacto a las personas que desean ayudar de forma altruista con las asociaciones que lo requieran · El Ayuntamiento pretende darle una sede oficial en la calle Nevería

Existe desde inicios de 2006 en El Puerto una oficina encargada de mediar entre las personas interesadas en ser voluntarios y las organizaciones humanitarias que necesiten este tipo de ayudas. En el momento de su creación, la oficina contaba con el respaldo de diez asociaciones altruistas. Hoy ya son 32 las que se apoyan en la oficina para obtener, cuando se puede, la ayuda de algún voluntario.

Sin embargo, desde entonces, la oficina del voluntariado ha estado radicada en la sede de la Cruz Roja y ha funcionado gracias a la implicación de tres de sus miembros: Enrique Iglesias, Manuel Coute y Tomás Santana. Esto hace que muchas personas relacionen directamente la oficina con la Cruz Roja, como si fuera ésta la institución matriz y responsable de todas las demás asociaciones. Esta circunstancia ha puesto de manifiesto la necesidad de profesionalizar el servicio, con el apoyo de las instituciones públicas, sobre todo en cuestiones logísticas.

La propuesta realizada por los miembros de la Cruz Roja que llevan adelante la oficina ha sido bien recibida por el Ayuntamiento y, según ha explicado la concejal de Bienestar Social, Mariola Tocino, los presupuestos municipales reflejarán una partida para habilitar una dependencia en la sede de la Concejalía, en la calle Nevería.

Además de tener una oficina física -y no 'prestada' como hasta ahora en la Cruz Roja-, el servicio requerirá de un especialista, un profesional cualificado, que se haga cargo de gestionar y coordinar la acción voluntaria de la ciudad con mejores recursos. Sus objetivos, como apuntan sus actuales responsables, son, por un lado, hacer campañas para captar nuevos voluntarios. Por otro, estudiar el perfil de los que acudan al servicio y luego derivarlos hacia las asociaciones que podría ajustarse a sus necesidades e inquietudes. Y por último, tener un asesor en contacto con las administraciones públicas para gestionar ayudas y subvenciones de las que puedan beneficiarse las asociaciones humanitarias adscritas ala oficina.

Aún así, los tres voluntarios de la Cruz Roja que gestionan la oficina seguirían colaborando, principalmente, en la comunicación y coordinación con las distintas asociaciones.

Evidentemente, como señala uno de los responsables de la oficina, Enrique Iglesias, "esto no es un centro de empleo ni un banco de voluntarios a la que puedan recurrir las asociaciones cuando necesiten de alguien". Lo normal es que, en cuanto llega una persona interesada en trabajar altruistamente, es directamente redirigido a la asociación más adecuada a su perfil. Pero los hay que, equivocadamente, llegan a la oficina en busca de un trabajo remunerado. En cuanto se dan cuenta, ya no vienen más.

Manuel Coute reconoce dos tipos de voluntarios; los especialistas y los de 'a pie' -muchos de estos son jubilados o prejubilados. Dependiendo de la labor de cada asociación se requiere de un tipo u otro, aunque siempre son más difíciles de conseguir los titulados: trabajadores sociales, psicólogos... Esto, sin embargo, no significa que los voluntarios de 'a pie' no sean necesarios. Es más, "cuantos más voluntarios lleguen más proyectos se pueden realizar", comenta Iglesias.

Pero para que la oficina de voluntarios tenga un mejor provecho se antoja muy necesaria una campaña para darse a conocer entre la ciudadanía y, en particular, entre los jóvenes, que son quienes deben continuar la labor que empezaron generaciones anteriores.

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