Un nuevo derrumbe en la zona principal de la Casa de las Cadenas parece dejar bastante claro que habitar en el edificio en las condiciones en que se encuentra supone un peligro para sus inquilinos. El pasado viernes 22 de marzo se desprendía una parte de los techos altos en la zona de la crujía principal de esta antigua casa de cargadores a Indias, cayendo los escombros sobre uno de los partiditos del edificio, que por fortuna está deshabitado al haber sido trasladado su inquilino hace escasas fechas a una residencia de mayores por su familia.

El derrumbe arrastró tejas, ladrillos antiguos y vigas podridas, desplomándose con gran estruendo encima de la vivienda, situada justamente en la planta primera, sobre el almacén Las Cadenas, cuyo propietario Jesús Muñoz Clavijo, ha tenido que cerrar al público las puertas del negocio después de muchos años de actividad.

Y es que la techumbre del edificio, en la zona donde se ha producido el desplome, ha quedado con dos grandes aperturas, completamente abierta al cielo y expuesta a la lluvia y los temporales. En el suelo de la planta primera se acumulan los escombros arrastrados por el derrumbe, y el agua de lluvia. El mismo día del desprendimiento acudió al lugar una técnico de la Concejalía de Urbanismo que tras realizar una inspección aconsejó el cierre del negocio situado en la planta baja, debido al riesgo de desplome de la techumbre y a las goteras, procediendo su propietario el Lunes Santo a la suspensión de la actividad en el almacén, que ha quedado cerrado por motivos de seguridad.

Jesús Muñoz Clavijo reconoce que "la casa tiene problemas", y que no se hacen obras de consolidación desde que se cayó la bóveda de la escalera, hace ya diez años. En agosto de 2005, la propietaria del edificio, la empresa Hato Verde Golf, procedió al tapiado del patio señorial del edificio por motivos de seguridad. Desde entonces, la casa palacio está apuntalada casi en su totalidad, la fachada principal está cerrada a cal y canto y el patio de columnas ya no se puede visitar. El interior del monumental edificio, que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), se ha ido deteriorando de forma progresiva, hasta el punto de que supone un riesgo evidente para los inquilinos que todavía residen en el caserón, que está ocupado al menos por tres familias y dos locales comerciales, uno de ellos la tienda de alimentación que acaba de cerrar.

En varias ocasiones, la empresa propietaria ha iniciado los trámites para declarar ruina física inminente en el inmueble, que se está viendo muy afectado por las lluvias, que incrementan el riesgo de nuevos derrumbes, que podrían incluso alcanzar la planta baja. De hecho, el dueño del almacén Las Cadenas está buscando otra ubicación para su negocio, que ha permanecido clausurado durante toda la Semana Santa y cuyas puertas estarán cerradas al público.