Tribuna Libre

No más arboledas perdidas

Una imagen de los terrenos de Rancho Linares, donde se prevé construir más de 1.200 viviendas.

Una imagen de los terrenos de Rancho Linares, donde se prevé construir más de 1.200 viviendas. / Andrés Mora

Vivimos unos tiempos en que todo es medido, cuantificado o explicado por un algoritmo. Todo lo que no es medible carece de valor. El mundo de los recuerdos, de los sueños, de los sentimientos, afortunadamente, no funciona así. Cuando éste lo vemos amenazado es necesario salir de nuestro amable estado de confort y defenderlo. Aunque, de antemano, sea una batalla desigual y perdida. Siempre es mejor morir de pie.

Los ecólogos somos personas, con frecuencia, incomprendidas. Unos bichos raros. Nos aprovechamos de los conocimientos de la Bioquímica, la Genética, la Microbiología, la Zoología, la Botánica, la Medicina, la Física, la Historia o la Filosofía para construir nuestro propio relato del funcionamiento de la Biosfera. Nuestros maestros nos enseñan a quitarte las orejeras, alejarte lo más que pueda del lugar de la acción y observar desde la distancia los acontecimientos. Tenemos una mente científicamente estructurada que nos hace especialmente obsesionados con que todas las piezas del puzle de la vida encajen perfectamente.

Para nosotros el individuo aisladamente no significa más que un organismo biológico que lo mantiene vivo un sistema metabólico. En la naturaleza empieza a tener sentido cuando entabla conversación con su entorno; cuando establece relaciones intra e interespecíficas; cuando interacciona con el sol, el agua y la tierra; cuando está en una cadena trófica; cuando nace, vive y muere; cuando forma parte de un sistema, de un ecosistema; cuando aporta biodiversidad. Un árbol sólo es eso, un árbol, lo importante es el Bosque. Unos cuantos pinos en un Sistema General de Espacios Libres son solamente eso. Lo importante es cuando esos pinos forman parte de un todo más complejo y entrópico.

En el relato de una ciudad compacta, coherente, sostenible, con esperanza de futuro, respetuosa con el medioambiente, su cultura y su historia, la pieza” SUO R-22. Rancho Linares” no me termina de encajar en el puzle. Surgen variables que nos complican encontrar una ecuación, el famoso algoritmo, que nos explique el funcionamiento lógico de nuestro término municipal. A vista de pájaro, entre Rancho Linares y el centro de la ciudad existen infinidad de huecos vacíos. Parecería lógico que antes de continuar creciendo hacía fuera, cosamos, compactemos la ciudad por dentro. Se antoja por tanto necesario concentrar el gasto de energía en recuperar el Centro y el Casco Histórico antes que emprender más iniciativas centrífugas y crear nuevas bolsas de suelo que genere una oferta de vivienda para la que no existe demanda, colmatemos las que ya están disponibles.

La Florida, 'SUOT R-02. La Florida 1', es una iniciativa pública perfectamente encajada en la ciudad y con una oferta de VPO para dar satisfacción a esta necesidad durante muchos años.. El 'API-R-02' de las antiguas Bodegas de Terry, que linda con Rancho Linares, está urbanizado y sin ejecutar. Dos claros ejemplos para realizar una adecuada gestión urbanística de cohesión cosiendo estos espacios intersticiales antes de emprender nuevas aventuras de dudosa viabilidad.

El auto del TS admitiendo a trámite el recurso municipal de anulación del PGOU por parte del TSJA, daba al ayuntamiento margen de maniobra suficiente como para conservar la seguridad jurídica de los propietarios de los suelos calificados por el PGOU como urbanizables.

Una adecuada política urbanística municipal basada en la defensa del interés general es posible sin prevaricar. Es presumible que el fallo del TS confirme la sentencia del TSJA. El ayuntamiento debe aprovechar ese tiempo para dotarse de una nueva herramienta planificadora que haga real los principios de la ciudad sostenible que tan aireadamente abandera. Tiene la sartén por el mango como para decir a los nuevos promotores: ¡Eh! Esperen, que antes debo “llenar los espacios vacíos”. ¿Por qué no lo ha hecho? Buena pregunta que algún día espero que me conteste German Beardo.

Pero surgen más cuestiones. Detengámonos en la ejecución del proyecto. Si restamos al sector los sistemas de espacios libres, los viales, las cesiones para equipamientos y dotaciones públicas, etc. ¿Cómo se podrá satisfacer la edificabilidad prevista, las 1.200 viviendas? Yo os lo digo: en altura. Serán las edificaciones más altas desde El Juncal hasta la Carretera del Casino y desde el Pago de La Valenciana hasta el de La Caridad. ¿Ese es el nuevo pulmón verde, el nuevo espacio emblemático, el gran paseo verde, la consolidación de la zona norte de El Puerto de Santa María?¿Ese es el Puerto Norte que desarrollará un modelo urbano, pensado para favorecer la vida en el espacio público y el encuentro entre las personas? Pues miren, nada nuevo bajo el sol, eso ya lo tenemos, déjenlo estar. Este elocuente discurso si lo quiere comprar el ayuntamiento, que ya lo abraza como suyo, que lo compre. Yo no me lo creo. No es la primera vez que ocurre en nuestra ciudad. Lo primero que se pondrá en promoción será el producto que genere más beneficio y las VPO que esperen. Dudo que haya mercado si quiera para la vivienda de renta libre que además de estar lejos de los lugares con oferta de servicios culturales, gastronómicos o turísticos de El Puerto que hagan atractiva esa oferta de vivienda, presenta una propuesta singular. Con lo cual si le añadimos una posible complicación jurídica lo más probable es aquello de “coge el dinero y corre”. En este posible horizonte, ¿Dónde está la seguridad jurídica del interés general? ¿Resultado? Rancho Linares destruido, empantanado y vacío. ¿A quién le pediremos responsabilidades?

Ese proyecto no lo necesita El Puerto, no gana ni la ciudad ni sus paisanos. Si el ayuntamiento quiere que nos creamos su discurso de ciudad, el movimiento se demuestra andando. Dedíquese primero al Centro de la ciudad, al Casco Histórico, llene después los espacios intersticiales vacíos y no centrifugue más la ciudad. Y después, si sigue habiendo demanda, métase en nuevos desarrollos.

Esta dichosa pieza del 'SUO R-22' de Rancho Linares, no me termina de encajar en el puzle. No queremos más arboledas perdidas.

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