-¿Es cierto que algún familiar suyo trabajó en el Hotel Palace?
-Sí, mi madre trabajó algunos años allí como camarera. Es toda una casualidad.
-También llama la atención que usted naciera en 1936, el año en que empezó la contienda. ¿Supone esta obra una especie de exorcismo de los malos recuerdos de aquella época?
-No, aquello ocurrió hace mucho tiempo, ese exorcismo ya lo he superado. Lo que sí es verdad es que nunca hay que olvidar el pasado. El argumento de la obra llega en un momento muy oportuno en el que tanto se habla de Memoria Histórica. Es una historia que habla sobre todo de reconciliación, que creo que es lo más importante.
-Sus últimos papeles habían estado alejados del teatro.
-No he dejado nunca de hacer teatro, aunque lo haya compaginado con otras cosas. Unas veces ha sido con más intensidad que otras pero siempre he estado haciendo teatro.
-¿Qué tiene 'La cena de los generales' para funcionar tan bien, incluso en una época de crisis como la actual que también afecta al teatro?
-El éxito creo que está en que es una comedia dramática brillante y muy bien hecha con una escenografía espectacular, un magnífico elenco y una gran dirección. Cuando todos estos elementos se unen el resultado solo puede ser bueno y lo demuestra la gran aceptación que estamos teniendo en todos los teatros por los que ha pasado la gira hasta el momento.
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