El Puerto

La ilusión de volver a ser niño

  • Una docena de carrozas conformaron la cabalgata de los Reyes Magos · La cabalgata arrastró un retraso considerable en el horario a lo largo del recorrido · Hubo un espectáculo de fuegos artificiales en el Castillo

Se puede tener cinco años como 50. Todos reciben con ilusión la llegada de los Reyes Magos. Los más pequeños por creencia en esta tradición autóctona. Los más grandes por contagio de los más pequeños o por recuerdos de sus años de la infancia. Pequeños y mayores no dudan en tirarse al suelo para coger un puñado de caramelos al paso de la cabalgata de los Reyes Magos, la tan bien calificada como de 'la ilusión'.

La llegada de los Reyes Magos a El Puerto iba cargada precisamente de eso, de ilusión. Miles de portuenses acudieron a las calles por las que transcurrió el desfile. La cabalgata llevaba ilusión, pero también retraso en los horarios previstos inicialmente por el Ayuntamiento.

Ya de por sí, su recorrido empezó un cuarto de hora tarde. Los Reyes Magos salieron a las cinco menos cuarto de la plaza del Castillo, que estaba casi llena (algunos aseguraban que era el año que más público había). Y la posterior salida de la cabalgata desde la plaza del Polvorista salió con 45 minutos de retraso ya que las carrozas no llegaron a tiempo para recoger a lor reyes, lo que provocó que hubieran algunos minutos de desconcierto en la plaza ya que muchos no sabían que pasaba.

Previamente a esto los tres reyes, encarnados en Victor Manuel Pastoriza (Melchor), Alfonso Luque (Gaspar) y José María Sevilla (Baltasar) se dirigieron a los presentes en la plaza del Ayuntamiento tras el recibimiento por parte del alcalde, Enrique Moresco. Gaspar resumióen una frase la síntasis de la tradición de los Reyes Magos: "Qué durmáis esta noche [por la pasada] con la ilusión de un niño".

Hubo un pequeño percance a la salida. La carroza del Rey Baltasar colisionó ligeramente con el escenario instalado en la plaza. Hubo que hacer varias maniobras para poder salir del pequeño atolladero y poder reemprender la marcha.

En El Polvorista se iniciaba así un recorrido algo más largo que en años anteriores. El desfile llegó hasta el hospital Santa María del Puerto para, posteriormente, regresar al casco histórico por la calle Valdés y por San Francisco. Durante el camino se arrojaron unas 12 toneladas de caramelos, según las estimaciones del Ayuntamiento. Una docena de carrozas conformaban el cortejo de la ilusión, realizadas por las empresas Sucesores de Ángel Martínez, Imaginarte y Planning.

En la plaza de España, en el belén instalado por el Ayuntamiento, se celebró la tradicional adoración al niño. La oración era realizada por el párroco de la Prioral, Diego Valle Serrano. Cerca de las nueve y media de la noche, la cabalgata llegaba a su fin en las inmediaciones del Castillo de San Marcos donde un castillo de fuegos artificiales y con el lanzamiento de los últimos caramelos.

Los peluches y los balones, tan codiciados en la cabalgata, se repartieron por la mañana en el centro cultural Alfonso X El Sabio (también se repartieron algunos durante la tarde). Los tres Reyes Magos (en este caso encarnados por José Manuel Ibáñez Castrelo, Enrique Valle Rincón y Carmelo Navarro Arteaga) dieron sus primeros regalos a cientos de niños que hicieron una larga cola para saludar personalmente a Sus Majestades.

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