Los vecinos de la urbanización El Palomar (un grupo de viviendas junto al recinto ferial, cercano a la Blanca Paloma), comienzan a estar de enhorabuena. Ya está más cerca el momento en que se reinicien las obras que dejó paralizadas la UTE Bilfinguer S.A. arguyendo que los costes de urbanización se habían disparado respecto a lo previsto inicialmente.

A lo largo de este mes, con casi total seguridad el próximo día 18, se procederá a la apertura de plicas de las ofertas presentadas en el Departamento de Contratación del Ayuntamiento para volver a adjudicar las obras de urbanización de estos chalés, en los que residen hasta 42 familias que ya abonaron en su día para las obras de urbanización que fueron interrumpidas una media de 12.000 euros por cada unidad familiar.

En Ayuntamiento ha querido en esta ocasión tener las máximas garantías para que la empresa a la que finalmente se adjudiquen los trabajos no los vuelva a dejar inconclusos, que sea conocedora de la zona y cuente con experiencia previa en este tipo de trabajos.

Una vez que se conozca la empresa que resulte adjudicataria, esta deberá proceder al replanteo de las obras (nueva mediciones, traslado de materiales, estudios previos, etcétera), para lo cual la tendrá un mes de plazo, es decir que podría reiniciarse la actuación ya para finales del mes de septiembre. Según queda fijado en el pliego de condiciones, el plazo para la ejecución de obras se sitúa en otros seis meses.

Según ha informado el nuevo presidente de la asociación de El Palomar, Manuel García, los vecinos se encuentran "esperanzados con el proceso y esperan que se cumpla lo que marca la ley, y que no se produzcan más retrasos". En este sentido, cabe señalar que si se cumple este calendario se estará siguiendo la Hoja de Ruta planteada en una reunión que mantuvo la junta directiva de El Palomar con el Ayuntamiento después de una serie de protestas vecinales por la demora que se estaba produciendo. Entre las cuestiones que plantearon entonces los vecinos estaba la retirada del material que había dejado abandonado la constructora anterior, que se había deteriorado, cosa que finalmente fue realizada por mediación del Ayuntamiento.

Las calles de la urbanización están inconclusas, en condiciones precarias e incómodas, algo que llevan sufriendo los vecinos desde hace tiempo, con especial preocupación desde que Bilfinguer dejó las obras en enero de 2007, afirmando que los costes eran superiores en un 48% a lo previsto.

La actuación va a consistir en urbanizar seis calles de este núcleo residencial, donde se instalará alcantarillado, acerado, asfaltado y la instalación eléctrica para el alumbrado público.

El sistema que se usará para la ejecución será el de cooperación, de forma que la empresa que resulte finalmente adjudicataria hará las obras, (de las que los vecinos ya han pagado el coste de 487.600 euros), mientras la dirección técnica estará a cargo del propio Ayuntamiento.

Como aspectos destacables, además de la propia urbanización, la nueva adjudicataria deberá realizar el soterramiento de varias líneas de las torres de alta tensión que pasan junto al diseminado, paralelas a la variante de Rota.

De igual forma, los vecinos han reclamado que se instale una cancela de hierro para cerrar el túnel que conecta el diseminado con el recinto Ferial y que se deje sólo para el paso de aguas pluviales. Reclaman que este paso subterráneo se abra sólo durante los días de Feria y en fechas señaladas, ya que en su interior se registran fogatas, desguace de motos, y constituye un foco de inseguridad y vandalismo para los residentes.

El presidente actual Manuel García ha querido agradecer a Antonio Rojas, anterior dirigente vecinal, el trabajo y las gestiones realizadas, que finalmente parecen conducir la urbanización a buen puerto.