Ser funcionario- preferiblemente profesor-, de fuera de El Puerto, y firmar un contrato que dure un curso escolar (concretamente desde septiembre hasta junio), son los dos requisitos principales que hoy buscan la mayoría de los propietarios a la hora de alquilar sus pisos. La explicación es fácil y de una lógica aplastante: quiero tener mi piso alquilado todo el invierno y luego, cuando llegue el verano, sacarle el doble al alquilarselo a los turistas. De nuevo, una vez en septiembre, vuelta a empezar. Y así se cierra el ciclo. Esto no quiere decir que todos los que alquilan pisos en la ciudad estén cortados por la misma tijera,-ni mucho menos-, pero sí es cierto que, a pesar de disponer de distintas ayudas al alquiler (como la que actualmente oferta la Junta de Andalucía), esta constante dificulta que muchos jóvenes portuenses consigan independizarse.
Este ha sido el caso de B.C, una joven de 27 años que, después de varios meses estudiando la situación, ha abandonado la idea de independizarse. Su planteamiento inicial era solicitar una de estas ayudas. En su caso, al ser menor de 35 años, podía recibir hasta el 50% del total de la renta. Así, de primeras, todo parecía muy fácil ya que cumplía con todos los requisitos: joven, con ingresos anuales no superiores a 2,50 veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples y un alquiler menor de 600 euros. “Al final lo he dejado por imposible. Me pedían un contrato de menos de un año, concretamente de un curso escolar. Ahí se vio claro que lo que el dueño de verdad quería era alquilar el piso en verano a los turistas y sacarles el doble”, explica esta chica. “La otra opción era quedarme durante el verano y en esos tres meses renegociar la cantidad y subirla hasta el doble. ¿Cómo me voy a ir de mi casa si luego voy a tener que volver porque no puedo pagar?", pregunta esta chica que no descarta irse a vivir a Jerez igual que ya han hecho sus amigas.Con esta situación, donde El Puerto sólo se visualiza como una ciudad para los turistas en verano, no es de extrañar que zonas como el centro se estén quedando totalmente deshabitadas. En la teoría todo es muy bonito, pero lo difícil llega con la práctica. Durante la anterior campaña electoral autonómica el PSOE anunciaba esta ayuda como el “empujón definitivo para que los jóvenes pudieran salir de casa”. Parece que antes de anunciarlo se olvidaron de comprobar cómo estaba el patio.
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