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VERANO PARA TODOS Programa para ayudar a los discapacitados a disfrutar de la playa

Un baño de mar voluntario

  • El equipo de Cruz Roja vuelve a estar esta temporada en La Puntilla con el proyecto 'Playa para todos', que desde su primer día ha tenido gran acogida

Israel, Manuel, Esther, Rafael o Lolo saben lo que una actividad solidaria puede aportar para sus vidas. Gracias a ellos, las personas con movilidad reducida pueden disfrutar de nuevo este verano en la playa de La Puntilla de baños en el mar ayudados y atendidos por ellos cada mañana, un programa que lleva por nombre 'Playa para todos' y que está organizado por Cruz Roja.

Lolo, como le llaman en el puesto de la playa, o Manuel Cortés, habla con sencillez sobre el trabajo que realiza de forma totalmente voluntaria. Sus palabras salen tranquilas, casi arrastradas. Prejubilado, "antes trabajaba en Puerto Sherry pero ahora ya no me sale trabajo y aquí se está muy bien, no me ayudo a mí pero sí a otros", sonríe convencido de que su labor no cae en saco roto.

Explica el proyecto y su razón de ser, pues desde Cruz Roja se inicia la andadura de una idea esperando que otros tomen el relevo. De hecho, esta no es la única iniciativa similar. En la playa de Valdelagrana la asociación La Gaviota se encarga de acercar a los discapacitados físicos al mar mediante el programa de hidroterapia en medio acuático que tiene por nombre 'Hidrosport'. En esta playa también Cruz Roja participa en las actividades de traslado de las personas discapacitadas gracias a los medios de transporte que la entidad pone a disposición de aquellos que necesiten usarlos de forma gratuita.

Esther Millán también tiene su propia historia aunque los motivos que le llevan a participar de forma activa en este proyecto son los mismos que mueven a Lolo. Ella es joven y busca tiempo entre sus obligaciones para ayudar en lo que pueda. "Trabajo en un geriátrico pero cuando tengo tiempo libre me gusta venir aquí, se pasa bien y no hay otra cosa que pueda darte lo que te llevas de un voluntariado como este".

Y así se suceden todas y cada una de las personas que en esta labor participan, con los mismos motivos, las mismas ganas y el mismo espíritu emprendedor. El año pasado ya tuvieron la ocasión de vivir esta experiencia que por ambas partes, la de los voluntarios y la de los usuarios, tuvo tan buena acogida como para ampliar el horario a las tardes. Inicialmente este año, vuelven a estar en la playa durante las mañanas aunque si la demanda aumenta no descartan volver por las tardes para seguir ofreciendo todo cuanto esté en sus manos.

Sentarse un rato a la sombra del módulo donde trabajan hace que se entiendan las razones que llevan a estas personas a trabajar incansablemente en esta labor. Poco a poco van surgiendo historias como la que Lolo cuenta a cerca de una mujer a la que atendía casi a diario el verano pasado. Incapacitada completamente se vale de una silla de ruedas que dirige con la boca y pedía siempre que la trasladasen al mar con chaleco salvavidas y la dejasen flotar un rato en el mar porque esta era la única forma de la que se sentía completamente liberada.

Allí comparten experiencias y también los problemas que les atañen en sus propias vidas convirtiendo el voluntariado en un respiro en medio de la rutina, a veces más para ellos mismos que para las personas a las que ayudan.

Y es que la finalidad de esta labor no es solo facilitar la vida de las personas con movilidad reducida sino enriquecer y mejorar las vidas de todos los que participan.

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