-¿Le sorprendió salir elegida en la primera votación y por amplia mayoría?

-Me sorprendió que me dieran la dispensa, que ganara y, encima, en primera votación. Sobre todo teniendo en cuenta que había otros dos candidatos. Estaba convencida de que se iban a tener que posponer las elecciones.

-Usted presentó su candidatura a última hora ...

-Yo nunca me lo había planteado pero al ver que todo apuntaba a que iba a haber una gestora decidí dar el paso. Lo que no quería es que se dijera que en El Puerto no había nadie para darlo.

-Le habrán recordado ya muchas veces que es la primera mujer que preside un Consejo Local en la Diócesis ...

-Yo es que veo tan normal que la mujer esté implicada en la vida de hermandad. Pero soy consciente que hay quienes no ven tan claro mi caso, primero por la edad y segundo por ser mujer.

-¿Se barajan ya fechas para su toma de posesión?

-Todavía no puesto hay que esperar a la aprobación del resto de la permanente pero creo que se hará antes de mediados de este mes.

-¿Puede adelantar alguna de las personas que le acompañarán en su junta permanente?.

-Prefiero no hacerlo mientras no tenga la aprobación del Obispado. Sí puedo decir que he buscado a gente que tiene pensamiento joven, no tan anquilosado como el que hemos tenido hasta ahora. Pienso que El Puerto en estos últimos años no es que haya dado pasos atrás sino que no se ha avanzado, y esto hay que solventarlo.

-¿Le ha costado encontrar ese perfil que buscaba?

-Mucho porque hay quien se te ofrece pero no tiene la mentalidad que busco. Hay muchos que son cofrades y van a sus casas de hermandad, pero éstas las ven como un club social. Yo no quiero eso. Yo lo que quiero es una persona con cimientos, que sea cristiano y cofrade. Puedo decirle que no me puse nerviosa cuando me presenté o cuando fue la votación sino en el proceso de elección de la permanente porque yo estoy segura de la idea que tengo en la cabeza pero tengo que asegurarme que también la tienen los demás. He buscado sobretodo una predisposición a escuchar a las hermandades. El escalafón del Consejo hay que bajarlo; tenemos que ser respetados pero a una hermandad no se puede ir a exigir sino a escucharla.

-¿Cree que este espíritu joven puede chocar con un sector tan inmovilista como es el de las hermandades?

-Puede que choque pero tengo la esperanza de que vaya calando poco a poco, pero los cambios hay que hacerlos con tranquilidad.

-¿Cómo se va a trabajar en el aspecto de la formación, una de las labores fundamentales del Consejo Local?

-Hay una línea marcada desde la Delegación Diocesana con diversos cursos de formación dedicados a las juntas de gobierno que se están haciendo en otras ciudades y que también podemos traerlos a El Puerto. Hay personas en juntas de gobierno que no están cualificadas porque ni su hermandad le ha preparado ni el Consejo ha respaldado esa formación. Dejemos las charlas obligatorias para estar en una junta de gobierno y apostemos por cursos de formación de verdad.

-Hay actualmente hermandades que están en una situación delicada ..

-Un ejemplo. Puede ocurrir que una hermandad no haya pagado al Obispado. El Consejo no puede ir a decirle "paga ya" sino tiene que interesarse por el problema que provoca ese impago. Nosotros tenemos que ver cuál es la causa y ayudar a resolverlo.

-¿Cómo va a ser la relación con el Ayuntamiento?

-Tiene que ser una relación de colaboración pero este Consejo siempre defenderá la postura de las hermandades dentro de un ambiente de cordialidad. No hay que imponer, sino dialogar.

-En relación con esto, ¿qué va a ocurrir con la Carrera Oficial?

-El Consejo no se va a pronunciar sobre la Carrera Oficial. Eso sí, el año pasado se hizo un cambio y, como todos los cambios, hay que valorar los pro y los contra. Si sigue en el Castillo, habrá que mejorarla y si es en otro sitio, también. Pero será algo que deberán decidir los hermanos mayores y el Consejo defenderá esa decisión.