Las obras de colocación del adoquinado en la avenida Micaela Aramburu han entrado ya esta semana en su recta final, con la llegada de los trabajos al último tramo restante, situado ya casi en la confluencia con la calle Palacios. Desde ayer quedaba cerrado al paso de vehículos el último tramo de Palacios, de manera que los vehículos procedentes de esta vía tenían que dirigirse hacia la plaza del Castillo a través de la calle Jesús de los Milagros.

Tras la colocación de todos los adoquines que restan para terminar los trabajos de la calzada, habrá que esperar aún unas dos semanas más para que la nueva solería pueda fraguar, antes de permitir el paso de vehículos. Así las cosas, y si se cumplen los trámites previstos, la avenida se podrá reabrir al tráfico hacia el 20 de marzo, un mes más tarde del plazo que se barajaba inicialmente, que era de cuatro semanas. Las obras comenzaron el día 25 de enero y desde entonces han sido muchos los días de lluvia que han impedido trabajar a un ritmo normal, lo que obligó incluso a habilitar un sistema de toldos que permitían trabajar bajo la lluvia. A pesar de ello, el retraso está siendo importante y en lugar de reabrirse la vía a finales de febrero, como estaba previsto, habrá que esperar aún unas dos semanas más para poder utilizar esta avenida que conecta la zona sur de la ciudad con la salida del casco urbano por la Ribera del Marisco, una de las vías más utilizadas por los conductores y cuyo cierre ha obligado a buscar otras rutas alternativas mucho más incómodas. La renovada avenida será de dos direcciones ya que la avenida de la Bajamar ha pasado a ser peatonal tras su remodelación, que también está a punto de concluir.