El Puerto

Talleres infantiles contentan a familias y a comerciantes

  • El Ayuntamiento fomenta el comercio del centro ofreciendo entretenimiento para niños que permite que los padres compren

El mercado de abastos en las tardes navideñas se impregna de un olor muy diferente al que emana de los distintos puestos de alimentación que ofrecen productos frescos por las mañanas. Ahora, para diversión de los más jóvenes y alivio para padres, en la primera planta del mercado de la Concepción se desarrollan talleres infantiles.

Durante los días 21, 22,27, 28 y 29 de diciembre y 2,3,y 4 de enero este recinto se convierte en un paraíso del juego para los más pequeños de la casa. María Oliver, diplomada en Magisterio Infantil y una de las cuatro responsables de este evento asegura que los chicos disfrutan "a lo grande" mientras los padres hacen las compras de última hora o, simplemente, descansan.

Hay dos grupos diferenciados; por un lado, los niños de tres a cinco años que cuentan con videoconsolas, un parchís gigante, un cuatro en línea de grandes dimensiones y muchas mesas para colorear y dibujar. Marina, una de las que acude frecuentemente a estos talleres indica entre garabato y garabato y le "encantan las ceras de colores".

Justo en el ala contraria de la primera planta del mercado están los "mayores", de edades comprendidas entre seis y diez años. En este caso, las manualidades son el entretenimiento por excelencia. A Juan Carlos le encanta dibujar, aunque reconoce que su actividad favorita es recortar "libremente".

La Asociación de Comerciantes de la ciudad ha repartido, en colaboración con el Ayuntamiento, unos tickets por las tiendas del centro que son la llave para poder acceder a estos talleres infantiles. Por la realización de una compra en alguno de los establecimientos del casco antiguo, se otorga a los consumidores un billete para llevar a los chicos a esta iniciativa lúdica.

El dueño de la zapatería Calzados Ramírez subraya que este proyecto fomenta más el comercio, sin embargo confiesa que facilita tickets incluso si no vende porque le "encantan los críos".

Gabriel, un artista del taller no está muy conforme con este sistema ya que dice si no vuelve a la carnicería no tendrá otro billete.

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