Tribuna Libre

Contra la banalización del Orgullo LGTBI

El colectivo Las Tres Rosas, en una imagen de archivo, participando en la movilización feminista del 8-M.

El colectivo Las Tres Rosas, en una imagen de archivo, participando en la movilización feminista del 8-M. / Andrés Mora

En estos días previos al día del Orgullo LGTBI hemos podido presenciar cómo el gobierno municipal del PP y C’s mercantiliza y banaliza la lucha del movimiento LGTBI por los derechos.

Los poderes públicos tienen el imperativo legal de promover y garantizar, a través, de las políticas públicas, la libre determinación de la orientación sexual y la identidad de género de la ciudadanía. Por ello, desde Las Tres Rosas consideramos indispensable que desde las instituciones se visibilice la lucha por los derechos del colectivo LGTBI y que se sigan desarrollando acciones concretas, ya que a pesar de tener leyes que garantizan la igualdad del colectivo seguimos viviendo multitud de situaciones de discriminación, violencia y homofobia.

En este sentido, nuestro Ayuntamiento ha organizado el acto del Orgullo sin contar con el movimiento asociativo y centrándolo en el ámbito empresarial. El acto está organizado por Casa de Indias, un negocio privado al que hemos podido verle difundir en Instragram comentarios como "el colectivo LGTBI consume y gasta más que otros colectivos por entre otras cosas no tener cargas familiares". Esta una forma clara de banalizar la lucha por la igualdad y la diversidad. ¿Es esto lo que persigue el gobierno municipal? ¿para Casa de Indias el Orgullo es simplemente una oportunidad de negocio?

En este sentido, tenemos un gobierno municipal, con un PP a la cabeza, que banaliza y se mofa de esta forma del movimiento LGTBI y de la dura lucha por conseguir una sociedad sin violencia, con derechos y en igualdad. Tenemos a un PP que hace gala de la más detestable hipocresía. Veíamos a Javier Bello declarar que "en el gobierno de Germán Beardo tienen a un aliado quieran como quieran, se casen con quien se casen y amen a quienes amen". Esto lo dice el portavoz municipal de un partido que cuando se aprobó la ley del matrimonio igualitario en 2005 salió a las calles a manifestarse con el Foro por la Familia contra el matrimonio homosexual y contra el derecho a la adopción. Lo dice un partido que presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la recién aprobada Ley a la que tildaron de "fraude de ley" y contra la que siempre votó en contra en el Congreso de los Diputados.

Tenemos multitud de declaraciones y hechos detestables cargados de homofobia y violencia contra el colectivo LGBTI por parte del PP, un partido que siempre ha afirmado que la ley que regula el matrimonio entre personas del mismo sexo desnaturaliza "la institución básica del matrimonio". También recordamos a sus líderes en numerosas ocasiones afirmar cosas como "la unión entre homosexuales no puede ser llamada matrimonio porque esto ofende a la población" (José María Aznar); "una institución entre un hombre y una mujer para la procreación. Eso es y ha sido siempre el matrimonio" (Mariano Rajoy). Todo esto es lo que representa el partido del alcalde Germán Beardo.

Hablar de Orgullo LGTBI significa hablar de protesta y de memoria histórica. El 28 de junio, Día Internacional del Orgullo, no viene de la nada, viene de una larga lucha y trayectoria de sufrimientos del colectivo. Ese día conmemoramos la valentía y la resistencia de las personas discriminadas y agredidas por ser gays, lesbianas, transexuales o transgéneros. Es necesario recordar los sucesos de 28 de junio de 1969 en Nueva York cuando tras una redada policial y continuos episodios de violencia el colectivo se rebeló para defenderse y proteger sus derechos. Una lucha emprendida con origen en 2 mujeres transexuales que hartas de la persecución y el maltrato de las fuerzas policiales empezaron una andadura para crear un movimiento.

Desde la Asamblea Feminista Las Tres Rosas luchamos por no perder la memoria del Orgullo. El movimiento LGTBI no es una moda, no es un fetiche, no es una mercancía. Denunciamos la mercantilización que muchos empresarios y multinacionales hacen del movimiento y de esta lucha considerando más a las personas LGTBI como clientes que como ciudadanas con plenos derechos. Esto es lo que parece fomentar Casa de Indias en nuestra ciudad. El Orgullo debe de seguir siendo entendido como una lucha por la liberación sexual, para seguir construyendo la igualdad desde el derecho a la diferencia y a la disidencia de formas de sentir, querer y relacionarse.

NUESTROS DERECHOS NO SON UN NEGOCIO.

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