28 de marzo de 1961, Miércoles Santo. Aquel día se ponía en la calle una nueva hermandad. Era una corporación penitencial creada meses antes que le rendía culto a una imagen de Jesús Orante que acababa de salir de la gubia de Francisco Pinto Berraquero y que había sido bendecida por José María Cirarda Lachiondo, que por entonces era obispo auxiliar de Jerez. Cincuenta salidas después, la hermandad vive un gran momento. Cuenta con una importante nómina de hermanos, que se refleja en lo amplio de su cortejo.

El de ayer no era un Miércoles Santo cualquiera. Lo decía su hermano mayor, José Luis Navarro. "Es una salida más pero a la vez es muy especial". La Iglesia Mayor Prioral estaba a rebosar de hermanos y familiares. Se dedicaba la salida a los que ya no están y los que por enfermedad estaba hoy ausentes.

La primera llamada al paso de la Oración en el Huerto la daba el hermano número 1 de la cofradía, Luis Ortega García (autor del cartel que anuncia el cincuentenario de la hermandad). Minutos después, el paso dorado de El Olivo salía a la plaza de España. "Al cielo, Olivo", gritaba su capataz, Jesús Delgado, una llamada ya característica del Miércoles Santo.

Luego lo hacía el palio de María Santísima de Gracia y Esperanza. La primera levantá la daba un ex hermano mayor, Jesús Nogués. Y la segunda un joven hermano, Ramón Moreno, que ha compuesto una marcha para la dolorosa del Miércoles Santo, Reina de Gracia y Esperanza. El palio estaba aún dentro de la Prioral pero la banda de música de Nuestra Señora de las Mercedes de Bollullos comenzaba a interpretarla. Sus compases servían para cuadrar el palio para la salida por la Puerta del Sol mientras que el joven compositor se emocionaba por momentos.

El Olivo ya estaba en la calle. Un año más, 50 años ya. Pero la próxima, la quincuagésimo primera, será extraordinaria. Será el próximo 14 de agosto. El Obispado ha autorizado la salida del palio de María Santísima de Gracia y Esperanza para poner fin al cincuentenario de su fundación.