Martes santo

Martes Santo: Más azul no podía estar el cielo

  • La hermandad de los Cerillitos ganó con el adelanto de su salida en media hora

Más temprano que nunca, la hermandad de los Cerillitos, la del Cristo de la Misericordia, se ponía en la calle. Media hora adelantaba su horario con respecto al año anterior. Todo un acierto. Esta cofradía gana mucho por la tarde, aunque sus momentos álgidos, por historia, sean ya entrada la noche. Y a ello contribuyó que la caprichosa meteorología le regalara un cielo completamente azul.

Minutos antes de que se abriera la Puerta del Sol de la Iglesia Mayor Prioral, un hermano de la cofradía, Manuel Gómez Zaragoza (es franciscano y cura de la parroquia de San Amador y Santa Ana de la localidad jiennense de Martos) dirigía la oración previa a la salida procesional. Hacía una reflexión sobre la controversia por la retirada de los crucifijos en las escuelas aunque la relacionaba con la actitud de los cofrades. "Vemos como nos quieren quitar los crucifijos pero a veces somos nosotros los cristianos los con estos signos no damos testimonio de fe". Mientras, el hermano mayor, Rafael Gómez (la de ayer era su primera salida al frente de la corporación), instaba a los hermanos a "guardar las formas" en la calle. Tras los rezos, se daba la primera levantá al paso del Crucificado de la Misericordia. En la segunda, el capataz, Manolo Ganaza, cedía el testigo a su hermano Paco, director de la cofradía, que este año cumplía 20 años en este cargo.

Minutos después el paso salía a la calle. 'Muy poco a poco' el Crucificado se asomaba a la remozada plaza de España. Como cada año todo está milimétricamente medido. La parte alta del crucifijo pasaba a escasos centímetros de la parte superior del arco de la Puerta del Sol. Tras la Marcha Real, enlazaba con la primera composición. La revirá hacia Juan Gavala, tras superar la cuesta, se hacía lentamente.  "Una marcha para sentirse poderoso", le apuntaba el capataz a su cuadrilla. El público aplaudía la maniobra. La banda de Nuestra Señora del Rosario de Arriate, Málaga, se estrenaba con la cofradía y con la ciudad.

Diez minutos después, la Piedad estaba presto para salir. Rosas blancas adornaban el completo palio de Los Cerillitos. Y tras ella, la banda municipal de Rota, que un año más volvía al Martes Santo portuense.

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