Tribuna Libre

Lobos disfrazados de corderos

Que la pobreza y la exclusión social de algunas personas pueda ser una oportunidad política para otros, no es noticia. Al menos no es algo que vaya a sorprendernos y dejarnos con la boca abierta bloqueados por la incredulidad. No, y menos a estas alturas — ¡y harturas! — de la película con titulo: “Hola, soy Germán el salvador de todos los males”. Pero tenemos que reconocer que sigue doliendo como existen políticos que utilicen la pobreza o exclusión social para ponerse unas medallas.

Más triste es aún ver como los dos partidos mayoritariamente votados utilizan a las personas vulnerables para adjudicarse méritos. Ya tenemos buitres (¡pobres animalitos!), que tras quitarse “un molesto nicho de personas” adjudicándolos a una ONG como Anydes, cuya labor es poco valorada por la sociedad local, en vez de invertir en los servicios sociales, los voltean dejándolos “patas arriba”.

Vimos como un alcalde y futura concejala de Bienestar Social visitaron las instalaciones de la asociación, antes de las elecciones, sin concretar compromiso alguno con ellos y ahora a falta de “plan B” para mejorar un área que hace agua por todos los rincones, se adjudican el mérito de una labor que fue desarrollada por el gobierno anterior. Sería mucho más útil en primera instancia que se produjera el abono de las ayudas sociales que llevan meses de atraso en cuestión de suministros y alquileres que están desbordando a otras instituciones humanitarias sean de carácter religiosas o no.

Utilizar fotos con los más desfavorecidos o con menores en riesgo de exclusión social en verano que hacen uso de un comedor como estrategia política es darle una migaja de pan con la mano izquierda al que no tiene casi nada, mientras que con la mano derecha se intentan subir el sueldo un 11%. ¿Dónde está la ética y moral de este gobierno? Los políticos hablan mucho de los pobres, algunos incluso dicen representarlos. Pero a pesar de ello, son el sector social al que más desprecian y el que en realidad menos les importa.

Pero a pesar de ser poco relevantes para el poder político resulta que su voto vale igual que el de la persona más rica de la ciudad; al menos de forma cuantitativa al existir una condición de equidad en el terreno electoral, ya que ellos pueden determinar el resultado de unas elecciones. Es ese el momento en que el político se interesa por los pobres o cuando tiene que lavar su imagen para cubrir otras problemáticas existentes.

“Hola, soy Germán y solo gobernaré para algunos”, es más bien lo que le define. En ningún momento ha expresado sus intenciones para paliar la situación de pobreza existente en El Puerto. Solo hay que pasar por los lugares donde los días de entrega de alimentos se visualizan las colas de personas recogiendo algunos víveres que recuerdan a una España muy lejana. Mismamente ocurre para poder obtener una ayuda económica que posibilite poder pagar luz, agua o alquiler sin correr el riesgo de sufrir un corte de suministro o perder el techo que les cobija.

¿Aumentará usted la partida en Bienestar Social para paliar esta situación o solo ha pensado en la subida salarial de los concejales y suyo?

Como bien nos recordaba Jorge Luis Borges, "el infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los humanos no merecen tanto".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios