Finalizado el concurso que la Delegación de El Puerto de Diario de Cádiz ha realizado entre sus lectores,  en el que se premiaba con tres ejemplares del nuevo disco de  Pasión Vega, hacemos públicos los comentarios ganadores que recibirán el premio.

Los participantes debían contestar la pregunta ¿Cuál es tu pasión en la vida? y razonar la respuesta, y de entre las que hemos recibido se han seleccionado las siguientes:

• Antonio Perez de la Lastra: Mi pasión es ver cada mañana a mi padre, recientemente jubilado, aparecer por la puerta de la que ha sido desde 1972 su tienda, y actualmente regento yo, su hijo. Esa es mi verdadera pasión. Esperar su visita cada día y ver orgulloso como todo el esfuerzo de tantos años al frente de su comercio ha merecido la pena y ahora puede disfrutarlo desde otra perspectiva. La vida no es fácil, tan sólo hay que ponerle "Pasión"...
• David López Santos:  Mi pasión es la música. Mi historia cuenta que cuando era chico, desde mi casa, en el barrio de Cortadura, se oían los ensayos de una banda de música. Esto solo ocurría cuando soplaba el levante, ya que dicha banda ensayaba en la Zona Franca. Años más tardes en la adolescencia tuve la inquietud de formar parte de una de esas formaciones musicales que había escuchado por la ventana desde mi infancia. Tras un par de años tocando la trompeta en la banda, decidí inscribirme en el conservatorio. Todo esto que empezó como una afición se transformó en profesión al realizar la carrera de Magisterio de Educación Musical. En la actualidad me encuentro en la localidad de Nador, en Marruecos, ejerciendo como profesor interino de primaria especialista en música. Trabajo en el Instituto Español "Lope de Vega" que ya vibra con son gaditano. La música es mi pasión.

• Manuel Enrique Marina Pagés:  Mi familia. Mi pasión en la vida es mi familia. Cuando veo que las cosas marchan mal o que se me acumulan los problemas, siempre me puedo aferrar a mi esposa y a nuestros hijos. Verlos crecer sanos y felices. Curiosos, simpáticos y totalmente confiados en sus padres. Entonces me doy cuenta que todo lo demás (dinero, trabajo...) cobra menor importancia de la que yo le daba. Es como si esa reflexión me abriera los ojos y me recordara lo afortunado que soy. El único miedo que tengo es no estar a la altura de esa pasión.