El Puerto

Dechent, una voz al desnudo

Suele ocurrir que cuando uno se pone el traje de otro, casi siempre, o las mangas te quedan cortas o los pantalones te están largos, raro es que te resulte a medida como si hubieses ido de primera intención a que un sastre te lo midiera, cortara y cosiera.

Algo parecido ocurre en el mundo de la escena cuando un espectáculo está concebido para ser representado en un tipo muy concreto de locales reducidos e intimistas y se extrapolan a salas o teatros en donde las dimensiones -por grandes- son sus peores aliados. Y es esto precisamente lo que creemos ocurre con esta particularísima versión del monólogo escrito por Jean Cocteau en 1930.

El espectáculo que se vio el jueves en el Muñoz Seca se diseñó según palabras del propio Dechent "para un espacio pequeño, cercano, en el que el público tuviese la sensación de invadir la intimidad del personaje". Ese espacio fue ni más ni menos que la sala Casala Teatro del Mercado de Triana de Sevilla, concretamente ubicada en uno de sus puestos adaptados para el teatro con veintiocho localidades y tres metros de boca de escenario.

Comprenderán que lo que en un principio buscaban Dechent y el propio director - Antonio Campos- se pierde un mucho cuando el espectador más cercano está a unos diez metros de distancia como es el caso que nos ocupa, siendo los de la última fila los peor parados en esta historia.

Sinceramente pensamos que desde la honradez del trabajo del cada vez más reconocido actor sevillano, la historia que nos cuenta a través de las palabras de Cocteau se extravía y no llega con la nitidez necesaria al máximo de espectadores posible como sería lo deseable.

Tanto el director como el actor han pretendido dar una vuelta de tuerca a lo concebido en su momento por el dramaturgo francés. Cocteau pensó en una mujer para un personaje que desesperado percibe como se va desvaneciendo su amor a través del hilo de un teléfono.

Los conceptos no cambian, las claves son las mismas. Un hombre o una mujer, da lo mismo, huyendo desesperadamente de una soledad acaecida a través del siempre mal llevado desamor sobrevenido.

Una cama, un teléfono, un marco de ventana y un galán de noche acompañan los pasos y los tenues lamentos del actor por un escenario con más de tres metros de boca. Todos nos engañamos cuando nos conviene.

Ficha técnico artística: Escarmentados y Producciones dsdcero. Obra: La voz humana. Autor: Jean Cocteau. Dirección: Antonio Campos.Reparto: Antonio Dechent. Diseño de Iluminación: Dani Abad. Escenografía: José María Sánchez Rey. Ayudante de Dirección: Alicia Moruno. Música: Santi Martínez. Día: jueves 27 de febrero. Duración: 50 minutos. Lugar: Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca en El Puerto.Aforo: Casi lleno. 

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