El Puerto

Continúan las gestiones para arreglar los órganos históricos de La Prioral

  • Uno de los más destacados organeros del país acude a la Iglesia Mayor y certifica que ambas piezas son recuperables

  • El profesional confirma que habría que comenzar por el más pequeño

Uno de los dos órganos históricos de la Iglesia Mayor Prioral, susceptibles de ser restaurados, para lo cual se están elaborando proyectos y presupuestos.

Uno de los dos órganos históricos de la Iglesia Mayor Prioral, susceptibles de ser restaurados, para lo cual se están elaborando proyectos y presupuestos. / andrés mora

Las gestiones para restaurar los órganos históricos de la Iglesia Mayor Prioral van por buen camino. En estos días ha acudido a conocerlos un prestigioso organero español para analizar el estado en que se encuentran estos valiosos instrumentos musicales del siglo XVIII, que están situados encima del coro del principal templo portuense. El proyecto para su recuperación ha surgido de la fundación La Vicuña ORL, que presentó la iniciativa durante un recital de Navidad en la propia Basílica de Nuestra Señora de Los Milagros.

Una vez presentado el proyecto, los responsables de La Vicuña, entre los que se encuentra el médico otorrino Casimiro García, se han puesto manos a la obra para recuperar estas joyas casi desconocidas, que dejaron de prestar servicio en 1965, que fue cuando su sonido recorrió por última vez las naves de la Prioral. El proyecto de La Vicuña, que tendrá que crear una asociación para poder dar vida de nuevo a estos instrumentos, pasa por recuperar los dos órganos. El mayor de ellos es del año 1779, mientras que el pequeño, de estilo barroco, es más reciente, o al menos su instalación en su actual emplazamiento, donde fue colocado en 1868, procedente al parecer de un convento.

Según el organero que los ha inspeccionado, ambos son "perfectamente recuperables". El especialista está redactando un informe pericial del estado en que se encuentran, para elaborar un proyecto y un presupuesto valorativo de la cuantía económica que puede costar el arreglo de ambos, que se quiere hacer mediante crowdfunding. Tras la inspección, el especialista ha subrayado que en general ambos instrumentos "están bastante bien conservados desde el punto de vista técnico". No obstante, en una conversación mantenida con este periódico, advierte que a lo largo de su historia "se han realizado muchas intervenciones chapuceras". En una primera observación "se ve claramente cómo los ratones han mordido la tela de los fuelles que llevan el aire a los instrumentos" y además los muebles que contienen ambos órganos están afectados por la carcoma. Esto implica que habría que cambiar y consolidar las estructuras de sujeción, es decir vigas y travesaños de madera, así como poner nuevas piezas, incluso algunos tubos. También en la galería elevada del coro que conduce al órgano es necesario sustituir algunas tablas en mal estado, "aunque el lugar no está intransitable". Actualmente los órganos no suenan, aunque el maestro organero asegura que sonarían si tuvieran aire. En sus tiempos, el órgano grande tuvo un motor para cargar los fuelles del dispositivo, un elemento que habría que instalar en ambos instrumentos para modernizarlos y adaptarlos a las necesidades actuales.

La recomendación del especialista es comenzar la restauración del órgano histórico pequeño, "que será más rápida de hacer", y una vez que funcione "que se acometa el grande", que se usaba en las grande solemnidades eclesiásticas. También se podrían restaurar los dos a la vez, "dejándolos en el mismo tono para que puedan dialogar".

El organero, por lo tanto, ha recogido una impresión positiva, tras lo cual deberá elaborar el proyecto de restauración , con su correspondiente presupuesto.

Debido precisamente a su condición histórica, los órganos antiguos son más limitados en cuanto a los repertorios que pueden interpretar, ya que estaban diseñados para tocar las piezas de la época, repertorio clásico español para acompañar la liturgia, Se conservan bastantes partituras, muchas de ellas inéditas y perdidas en los archivos.

Ambas piezas además conservan interesantes curiosidades, como las anotaciones que grabaron los organistas en los armarios de madera que contienen los instrumentos, donde recogían datos históricos para que la posteridad tuviera noticia de ellos.

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