Cientos de manifestantes han recorrido en la mañana de este sábado el centro de El Puerto de Santa Maria para protestar contra la deficiente gestión del equipo de gobierno durante este verano, de la que acusan en especial el alcalde Germán Beardo. En una marcha de protesta que no estuvo convocada por ninguna entidad, asociación ni partido político, sino surgida de portuenses preocupados por el creciente deterioro social, turístico, urbanístico y de imagen que viene sufriendo la ciudad, más de 600 personas ocuparon las calles para reclamar, no sólo un cambio de rumbo en una gestión que consideran ineficaz, sino también la dimisión del primer edil. 

La  pancarta que encabezada la marcha de protesta lo reflejaba con claridad: "Equipo de Gobierno municipal, por tu gestión nefasta, ¡dimisión! Contra el abandono de tu ciudad", rezaba el lema que presidía la manifestación. Asuntos como el conflicto con la Policía Local  y la inseguridad, la escasez de socorristas en las playas durante la mayor parte del verano, la falta de una solución para el aparcamiento de Pozos Dulces, la falta de participación y transparencia, los impagos de las ayudas a las asociaciones, la inexistencia de presupuesto municipal, el abandono del casco histórico, el deterioro del cementerio, y la implantación de un modelo turístico basado en el ocio nocturno y el ruido, han sido algunas de las cuestiones denunciadas de viva voz y en los carteles que portaban decenas de manifestantes. Como telón de fondo, durante la marcha de protesta, ha sonaba en ocasiones en clave irónica la canción de la campaña electoral del PP 'Vamos a cambiar El Puerto'.

Algunos de los concejales que e han sumado a la protesta.

La marcha partió con puntualidad británica, a las once de la mañana, de la puerta principal de la Plaza de Toros, para recorrer diferentes calles del centro urbano, algunas de las cuales (las no peatonales) fueron acotadas con vallas para impedir el tráfico de vehículos. Sobre las doce y cuarto de la mañana, la manifestación aparecía por la esquina de la calle Luna para enfilar la calle Larga en dirección hacia la Plaza de Isaac Peral.

Entre los participantes, a título particular (ya que no ha estado organizada por entidades ni partidos), se encontraban concejales de la Corporación como José Luis Bueno, Matilde Roselló, María Eugenia Lara, David de la Encina, Alejandro Gutiérrez o Javier Botella. Militante ecologistas como Juan Clavero o Joaquín Paloma, numerosos activistas de los colectivos de pensionistas, dirigentes vecinales como Enrique Valle, y un gran número de ciudadanos anónimos de distintos colectivos profesionales. Todos ellos iban provistos de mascarillas y guardando las distancias de seguridad, en atención a los protocolos Covid que es preceptivo cumplir y que la organización recordaba cada cierto tiempo por la megafonía. 

La protesta se han basado también en las carencias de botiquines este verano.

Cerraban la marcha, a cierta distancia del bloque principal, una representación de los policías locales del sindicato UPLBA descontentos con el equipo de gobierno y sin visos a corto plazo de recibir la vestimenta que esperan para poder salir a patrullar y realizar servicios a los ciudadanos. Los agentes, provistos de material para amplificar la protesta, portaban carteles en los que denuncian el "abandono del alcalde a los funcionarios y que la ciudad lleva noventa días sin policías locales en las calles". 

Detrás de ellos, un furgón de la Policía Nacional custodiaba la manifestación, que en todo momento se ha desarrolla sin incidentes más allá del lanzamiento de consignas reivindicativas a través de los megáfonos. 

 La marcha de reivindicativa finalizó en la Plaza de Isaac Peral, donde los artífices de la protesta, situados sobre el estrado de la fachada principal del Ayuntamiento procedieron a la lectura de un manifiesto. En él, uno de los artífices de la iniciativa enumeró cuestiones que concitan el hartazgo de parte de la población con el gobierno local: "Los ciudadanos se encuentra agotados de esperar soluciones para nuestra bonita ciudad", subrayó, "de promesas electorales incumplidas, de pasar necesidades, de observar el descarado control de los medios públicos de información, sobre todo si son locales".

Agentes de la Policía Local se sumaron a la marcha reivindicativa.

A la vez, acusaba a los políticos de "mala gestión administrativa y priorizar su propio bienestar a costa del sufrimiento de la población". Por último, el manifiesto expresaba la indignación de los convocantes "al ver cómo una ciudad con la historia y la importancia que ha tenido El Puerto, la ciudad de los Cien Palacios, la están intentando convertir en la capital del turismo de botellón".

El manifiesto concluyó con la petición de la dimisión del alcalde Germán Beardo, que fue secundada por los manifestantes presentes en la plaza Peral.