Tribuna Libre

La Casa de las Cadenas pide ayuda

La Casa de las Cadenas pide ayuda

La Casa de las Cadenas pide ayuda / Fernández Hortelano

Al anochecer del pasado miércoles 5 de febrero la conocida y lamentada Casa de las Cadenas nos dio una llamada de atención cuando, azotada por uno de tantos temporales de vientos que visitan nuestra tierra, a falta de lágrimas, se puso a soltar cascotes de su fachada y cornisa.

Desde su venta a la empresa constructora Rufino Nave S.A, en el año 2002 y tras pasar por diferentes propietarios, a día de hoy y pese a haber sido declarada como BIC la casa ha sido presa de un total abandono y, según parece, condenada a su desaparición. Son ya cerca de 20 años de olvido los que van llevando a esta magnífica casa de Cargadores a Indias a su total destrucción.

Todos nos lamentamos cuando pasamos junto a ella y comprobamos el pésimo estado en el que se encuentra, pero todo queda en eso, en un lamento sincero a la vez que inútil. Ninguna iniciativa en los plenos, ningún movimiento social, ni un minuto en las televisiones o redes sociales, nada. Parece que nos hemos rendido y hemos asumido el terrible final que se le vaticina. Ya no importa su magnífica presencia y arquitectura barroca característica de este tipo de edificios únicos por su distribución interior y su doble función de hogar y negocio, ni su distinción al exhibir las cadenas como muestra de haber sido residencia del rey Felipe V y la familia real, tampoco parece importarle a todas las familias a las que acogió cuando se reconvirtió en casa de vecinos… está claro que la damos por perdida.

¿Realmente queremos eso? ¿Nos vamos a adherir al desinterés?

No, no lo vamos a permitir. Sabemos lo que siempre nos dicen: que hay una sentencia que no se cumple, que la casa pertenece a un banco, que no hay dinero, etc. Pues habrá que insistir en los tribunales para que se cumpla la sentencia, habrá que denunciar al banco para que cuide de este BIC o habrá que buscar el dinero por donde sea (la Junta de Andalucía, El Gobierno central o Europa) como se hace para otras cosas más perecederas o de menos valor histórico. Lo que no podemos hacer es cruzarnos de brazos y verla caer. Queremos que la casa se rehabilite y se vuelva a poner en valor. En una ciudad que prácticamente vive del turismo, este palacio sería otro gran atractivo para ofertar en este sector y otra fuente de ingresos para el Ayuntamiento, además de regenerar el aspecto general de nuestra Plaza del Polvorista.

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