crítica de teatro cine

Alfredo Sanzol encuentra la calma mágica que buscaba

La calma mágica

Teatro municipal Pedro Muñoz Seca. Aforo: Completo. Fecha: Sábado 3 de octubre. Reparto: Olivia: Sandra Ferrús; Olga: Mireia Gabilondo; Abogada: Aitziber Garmendia; Oliver: Iñaki Rekarte; Martín: Martxelo Rubio. Producción: Centro Dramático Nacional. Autor y director: Alfredo Sanzol. Escenografía: Alejandro Andújar. Iluminación: Xabier Lozano. Música: Iñaki Salvador.

La pasada temporada de primavera una de las obras de abono del teatro Pedro Muñoz Seca era precisamente ésta que tuvo que suspenderse por la muerte de uno de sus actores, Aitor Mazo, actor que además había estado muy implicado en su puesta en escena. Ahora, esta función de uno de los mejores autores teatrales de nuestro país, ganador de dos premios Max, nos llega con un nuevo elenco de la mano de Tanntaka Teatro, que tiene en su repertorio obras en castellano, euskera y catalán.

Alfredo Sanzol está en un momento óptimo de su carrera como se demuestra en esta su sexta obra en la que habla de la búsqueda de la dignidad y del "sentido de la vida", título de una película de los Monty Python que le influyó mucho en su momento, según declaró hace pocos días a Diario de Cádiz y que se centra tanto en los personajes y en la idea central de la historia como en el entorno y en el espacio escénico en que se desarrolla. Para este director una obra no puede darse por terminada hasta no verla representada sobre un escenario ya que la puesta en escena es la que remata y culmina el proceso de escritura de la obra, razón por la que él mismo dirige la función y por la que ha elegido una escenografía minimalista pero efectiva, un atrezzo y una iluminación que matiza el conjunto y lo hace crecer en importancia según avanza la historia.

Anteriormente ya habíamos visto sobre estas mismas tablas del Pedro Muñoz Seca otras dos obras suyas, Días estupendos y Sí, pero no lo soy. En esta ocasión la obra está dedicada a su padre fallecido no hace mucho y cuya pérdida el autor se niega a aceptar, manteniendo vivo el deseo de poder volver a hablar con él, y rechazando la idea de que las personas se vayan para siempre, y aquí incluye al actor y amigo por cuya muerte no pudimos ver la función en su momento.

Para Sanzol, según avanza el tiempo sueños, deseos y realidad llegan a tener un valor muy parecido en el conjunto de los recuerdos Todo lo realmente sucedido se mezcla con aquello que pudo suceder o con aquello que hubiéramos deseado que hubiera sucedido y en nuestra mente, pasado y futuro cada vez se parecen más. En resumen, se trata de la búsqueda de la dignidad y de ese sentido de la vida al que antes nos referíamos.

La calma mágica, como su nombre indica, es una incursión en la magia de nuestra memoria a través de un viaje iniciático que nos lleva a África, a los elefantes rosas, al amor, al alcohol, a la traición y a los manantiales de los que surge el agua de la vida.

Los actores dieron vida a sus personajes de forma eficaz y al final de la representación tuvieron que salir a saludar repetidamente ante los insistentes aplausos de los espectadores que llenaban el Teatro Pedro Muñoz Seca.

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