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Elecciones

Díaz, Moreno y el fantasma del futuro

  • La socialista y el popular hacen augurios sobre sus respectivos liderazgos tras las generales Una se queda "compuesta y sin AVE" para suplir a Sánchez; otro sigue la estela negra de Arenas

Como en el clásico de Dickens, el fantasma del futuro se le apareció ayer a Susana Díaz y a Juan Manuel Moreno. Ellos prefirieron mirar para otro lado y negar las malas visiones que les dedicaba el adversario tras el resultado electoral del pasado domingo, donde PSOE y PP perdieron miles de votos en Andalucía.

En el último Pleno del año, y sin tregua prenavideña, Moreno interpretó que los andaluces han dado un aviso a los socialistas, otrora hegemónicos, y que en las últimas elecciones sólo han sacado un diputado de distancia al PP en la comunidad autónoma, 22 a 21. Con estos resultados, Susana Díaz se ha quedado "compuesta, y sin AVE" al no lograr la "goleada" que pronosticaba y que le hubiera permitido aspirar a la secretaría general del PSOE empujando a Pedro Sánchez.

"Hay muchos andaluces que sufren y Andalucía no se puede permitir una presidenta con la cabeza en Ferraz; por encima de Andalucía sólo está Andalucía; no está ni su partido ni su carrera política hacia Madrid", le recriminó el líder del PP a la presidenta de la Junta.

Díaz le contestó: "Le veo muy preocupado por mí y por mi futuro, cuando usted lleva cuatro derrotas y yo cuatro victorias (con anterioridad, europeas, autonómicas y municipales); pero los andaluces son sabios y cuando en año y medio le han dado cuatro victorias a mi partido y cuatro derrotas al suyo es porque saben quien defiende a los andaluces", enfatizó.

Díaz y Moreno suelen enzarzarse en los cara a cara parlamentarios sobre sus respectivos liderazgos, conocedores de que es la herida que más les escuece.

Moreno ataca a Díaz por su ambición desmedida; Díaz a Moreno por su falta de consolidación en el PP. Moreno saca el espíritu de Pedro Sánchez, al que la andaluza no acaba de derribar, y Díaz el de Arenas, cuya alargada sombra planea todavía en las decisiones del PP andaluz. El uno por el otro, los deseos para el futuro año fueron para que cada uno se lo haga mirar en su casa.

Lo demás, una sarta de improperios, más irrespetuosos que de costumbre, que hicieron que las felicitaciones y buenos deseos finales sonaran a falso. Por ejemplo Díaz mandó a Moreno a recordar Barrio Sésamo. "Somos de la misma generación. Vio usted Barrio Sésamo. Coco decía que ganar es ganar, perder es perder; más es más, menos es menos. Han perdido 700.000 votos y 13 escaños, no se recuerda nada parecido desde UCD", dijo. Justo antes Díaz le había espetado que Moreno pasará a la historia "por ser el alumno más aventajado de Arenas, por perder cuatro veces en año y medio".

A los socialistas (y a cualquiera) les ha sorprendido la lectura de los resultados de Moreno. De los 44 diputados andaluces de 2011 el PP ha pasado a 21, aunque se recorte la distancia con el PSOE.

Pero Moreno, en lugar de pasarlo por alto, sacó el tema a colación después de interpretar que la pérdida de apoyos de los socialistas se debe a la falta de gestión de Díaz, "que está más interesada en los líos de partido". Moreno achacó a Díaz una "sensibilidad ficticia" y le enumeró los problemas del presente: los centros especiales de empleo, de las familias de atención temprana, de los trabajadores de los consorcios o de los interpretes de signos de Canal Sur.

Algunos representantes de este último colectivo presenciaron el debate y protestaron (en silencio; sólo con gestos) cuando Díaz daba la réplica a Juan Marín, portavoz de Ciudadanos. Se levantaban de sus asientos y hablaban en lengua de signos, sincronizados. El presidente de la Cámara, el socialista Juan Pablo Durán, ordenó el desalojo. Un diputado de Podemos, Jesús Rodríguez, exhibió un cartel de apoyo al colectivo en su asiento, y Durán le pidió que lo retirara, a lo que Rodríguez se opuso. De nuevo intervinieron los trabajadores de la Cámara.

Todo esto contribuyó a crispar el ambiente mucho antes de que Díaz y Moreno se hiciesen la pascua.

Especialmente tosca fue la réplica de Díaz a la portavoz de Podemos, Teresa Rodríguez, que preguntó sobre unos conflictos laborales. Rodríguez se encontró con la respuesta de Díaz de que el problema que tiene Podemos es que "su verdadero enemigo", el PSOE, está a 15 puntos de ventaja.

Más amable estuvo Díaz con Ciudadanos, al que felicitó como el partido que más ha aumentado desde las autonómicas, y al que le regaló una visión: en Andalucía bajará el paro en diciembre.

Díaz había traído otros anuncios en la alforja. A Podemos le anunció que las contrataciones tendrán cláusulas sociales, de género y de protección a menores. A la portavoz de IU, Elena Cortés, le aseguró que ella misma traerá en febrero las leyes de servicios sociales y de discapacidad; y en el segundo semestre, la renta básica. Pero Cortés le afeó que esas leyes las pactó el PSOE con IU en la anterior legislatura, y así les fue. El fantasma del pasado tampoco estaba ayer para fiestas.

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