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Elecciones

Dos hombres, un destino y un Campo para debatir

  • El plató del encuentro estará a 21 grados de temperatura constante, para un programa que cuesta 550.000 euros y que arrancará a las 21:46 para terminar dos horas después

Sobre unos 15 millones de españoles estarán pendientes a las 21:46 del televisor, del ordenador o la radio, ante el comienzo del quinto debate electoral televisado que se organiza en España. La mayoría, por cierto, se hallará ante La 1. La retransmisión la organiza, como las dos de 2008, la Academia de la Televisión, una entidad independiente, ya que el PP no quería que fuese TVE la encargada del programa. Cuatro, La Sexta o Antena 3 y Canal Sur (estas dos últimas no fueron testigos de los dos duelos anteriores) serán algunos de los canales que sintonicen con la señal del Palacio Municipal de Congresos de Madrid. Las cadenas tendrán la audiencia habitual que suelen concentrar a esas horas y será la pública nacional, flamante Premio de Televisión por sus informativos, la que tenga mayor concurrencia ante un debate que no se presiente tan especial como se ha presentado.

El plató, en blanco, y el presidente de la Academia de TV, Manuel Campo Vidal, por tercera vez el árbitro de la contienda. Dos colegiados oficiales, de baloncesto, serán los que controlen el tiempo. Los cronometradores actuarán como si estuvieran en la cancha, pero no hay turnos concretos. Cada uno de los candidatos deberá aprovechar ("optimizar", como se dice en la jerga política) sus minutos de la mejor manera posible. Tres bloques fundamentales: paro (40 minutos, 20 para cada uno), gasto público (30/15 minutos) y política exterior (20/10). Habrá 2 minutos individuales de presentación y 3 de epílogo. A las 22:00 habrá comenzado la pelea dialéctica, con intermedio a las 22:34, regreso a las 22:46, y carrera de fondo hasta una hora después. Abrirá Mariano Rajoy y la última palabra la tendrá Alfredo Pérez Rubalcaba.

Ante un plató de tonos resplandecientes, con finas rayas horizontales en tonos azules, los candidatos no arriesgarán en su puesta en escena particular. Trajes y zapatos oscuros en ambos casos, con camisas blancas y corbatas sobrias. Sería improbable otra opción. Campo Vidal también irá lo más sobrio que requiere la oportunidad. Su debut en los debates de 1993 lo vieron 9,6 millones de españoles y un 61,8%, en Antena 3. Entonces éramos, en el censo, menos españoles. Y menos canales. En 2008 lo vieron 13 millones de media (tope habitual que marcan los audímetros) entre todos los canales, con 59,1% de cuota. La cita de esta noche aumentará esas cifras globales. De todas las cadenas principales, sólo Telecinco, la más vista en Andalucía, irá a su bola.

A las 21:46 es la hora, pero ese será el momento de los títulos de crédito, de las presentaciones, del apretón de manos y de un fundido en negro mientras, durante tres minutos, se colocan micrófonos y se supervisa todo el material. Hay hasta cuatro recambios de cada pieza, cada reloj, cada micrófono… No puede haber interrupciones inopinadas. Están acordados hasta el momento de llegada de cada uno de los ponentes. Rubalcaba será recibido a las 21:03, después de los sumarios de los informativos nocturnos, Rajoy llegará diez minutos después. El alquiler del Palacio de Congresos de Ifema supone 91.000 euros. Un coste evitable si se hubiera elegido la opción de la cadena pública. Las unidades móviles obligan a una inversión de 70.000 euros y el alquiler de todo el material y contratación de personal especializado, 40.000. 1.700, para los árbitros de baloncesto. El centenar de académicos no pasa por taquilla. Ni el realizador, Fernando Navarrete, nombre venerable en los programas de entretenimiento en TVE; ni el productor ejecutivo, Pepe Carbajo; y ni el mencionado Campo Vidal, solo en el plató con los candidatos, sin moscones (ni soplones) tras las cámaras. En una sala contigua, 650 periodistas, de 80 medios, de los que una veintena lo ofrecen en directo.

El debate, pagado a escote proporcional de audiencia entre las emisoras que lo ofrezcan, costará como un capítulo de ficción, tipo Hispania o Aída. Estamos ante la pura telerrealidad. ¿Serán reales las propuestas para unos tiempos desesperados? El programa va a costar 550.000 euros, de los que 80.000 se lleva el austero plató, de tonos frigoríficos. La temperatura será la idónea para el aire acondicionado: 21 grados. Ni frío, ni calor. Una prolongada mesa rectangular, dos sillas opuestas (Rubalcaba a la izquierda y Rajoy a la derecha de la pantalla), dos políticos conocidos de sobra que se conocen bastante bien.

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