Incertidumbre. Es el término adecuado para la cita electoral que se vivirá en la capital granadina el próximo domingo. Desde 2003 el edificio de la plaza del Carmen es bastión del Partido Popular y, especialmente, de José Torres Hurtado que como número uno ha encadenado tres mayorías absolutas consecutivas. El desgaste que genera el gobierno, el trabajo de la oposición y la llegada de los nuevos partidos son tres ingredientes que abre la puerta a cualquier posibilidad. Las distintas formaciones que concurren quedan a merced de la pluralidad.

Bien es cierto, que salvo sorpresa, los populares mantendrán el liderazgo por número de votos recibidos aunque a tenor de las encuestas el quedar por debajo de los 14 concejales (este mandato han contado con 16 y el número total de ediles son 27 en el Ayuntamiento de Granada) da pie al debate de los pactos. La alianza PP-Ciudadanos es una opción que empieza a barajarse como una opción para dar portazo al resto de alternativas. Aunque la campaña directa que han emprendido los populares contra el aspirante Luis Salvador, a priori parece complicar el asunto. A eso hay que sumar, la insistencia de no favorecer gobiernos a cambio de sillones que mantiene Ciudadanos y que, hasta ahora, se ha hecho patente en el Parlamento andaluz.

Más que complicada parece la alianza entre PSOE, Ciudadanos y Vamos Granada (franquicia de Podemos), sobre todo porque Salvador, es ex militante socialista. De conseguir representación, IU podría entrar en ese juego también. El que a priori parece que lo tiene más complicado de repetir o crecer es UPyD que ya en 2011 situó a Mayte Olalla en el salón de plenos cuando nadie se lo esperaba. Con ese hipotético panorama afrontan las fuerzas la recta final de la campaña.

En esta batalla se repiten cuatro caras en relación a la convocatoria anterior: el alcalde José Torres Hurtado (PP), Paco Cuenca (PSOE), Francisco Puentedura (IU) y Mayte Olalla (UPyD). A ellos se suman Luis Salvador (Ciudadanos) y Marta Gutiérrez (Vamos Granada), que cuentan con opciones reales de plantarse en el Consistorio. El candidato popular quiere revalidar el que sería su cuarto mandato consecutivo a ser posible con suficiencia para no tener que depender de nadie. Hace cuatro años logró el 51,87% de los sufragios (16 ediles), algo que a día de hoy parece complicado, al menos así lo reflejan los sondeos. En las hemerotecas queda patente el periplo de amplias victorias logradas por Torres Hurtado desde que por primera vez se presentó hace doce años, aunque en 2011 ese ascenso experimentó un leve receso al recibir un 1,46% menos de apoyos.

Los socialistas confían de nuevo en Cuenca para alcanzar el poder en la ciudad tras una secuencia de derrotas. El ahora candidato ya lo fue en la anterior cita ante las urnas y se quedó en la oposición para intentar construir una sólida alternativa. Los estudios le presuponen un pequeño repunte que le valdría para mantener los 8 concejales e incluso aspirar a algo más.

La permanencia de IU y UPyD está a expensas de lo que ocurra con los emergentes. La tradición manda y contra eso tendrán que luchar al igual que los de reciente creación.

El precedente de las pasadas autonómicas -aunque no es extrapolable cien por cien, marcan una posible tendencia con la participación de nuevos rivales- son una vía de optimismo para el proyecto ciudadano y los podemistas. Por ejemplo, estos últimos fueron el partido más votado en el histórico barrio del Albaicín. Ahora habrá que comprobar si el tirón es el mismo con la marca Podemos que con Vamos Granada.

En comparación a hace dos meses, el PP posee la primera plaza del escalafón en cinco de los ocho distritos en los que se divide la capital (Centro, Ronda, Genil, Chana y Beiro), mientras que Norte y Zaidín son del PSOE. Los ojos estarán puestos en la Chana donde la distancia entre populares y socialistas, con el permiso del resto de organizaciones, fue de tan sólo siete votos a favor de los primeros. Los orígenes chaneros de Cuenca y el serial de protestas iniciado días atrás por los vecinos para reclamar a Fomento el soterramiento de las vías del futuro AVE, son dos elementos a tener en cuenta.

Por otro lado, a favor de los populares juega la eterna puesta en marcha del Metro y las numerosas incidencias que han originado a lo largo del trazado las obras que comenzaron hace ocho años. Las zonas de Norte, Beiro, Ronda y Zaidín están implicados por este asunto.

En cuanto a temas de campaña, la Alhambra ha monopolizado el argumentario de los populares con la reivindicación de destinar dos euros de la entrada del monumento nazarí para mantener el Albaicín. Cuestiones como la movilidad, la limpieza y la atención a los barrios son las principales propuestas del resto de las opciones políticas.

Promesas a parte, el voto de los indecisos (16,1%) tendrá mucho que decir el próximo domingo. Las dudas se despejarán en las urnas. Más allá de las coaliciones, el futuro de Granada de aquí a 2019 está en juego.