En su discurso de investidura  como alcaldesa, en junio de 2007, Pilar Sánchez proclamó que en el nuevo tiempo político que iniciaba la ciudad su prioridad sería alcanzar el objetivo del “pleno empleo”. Recientemente, en un cara a cara en la televisión municipal, su principal rival el próximo 22 de mayo, García-Pelayo, tiró de hemeroteca y rescató la propaganda electoral del PSOE en 2007, donde prometían ‘paro cero’ para la ciudad. Fue un tanto ventajista la alcaldable popular al sacar a relucir esa aspiración de campaña electoral, pues ni en las peores pesadillas del más agudo de los analistas podía intuirse la que se venía encima. Más si cabe, en una ciudad que ya partía de una compleja situación de desempleo (crisis estructural) y apoyada en un motor económica que era justo el que se derrumbaría a lo largo de ese mismo año y el siguiente. Los pies de barro del negocio del ‘ladrillo’ se hacían especialmente patentes en una ciudad dedicada en los últimos años construir y desarrollar sin ton ni son, sin tener claro quiénes podrían comprar tan ingente cantidad de vivienda a precios inflados. El caso es que cuatro años después de aquella frase, en la toma de posesión del último gobierno municipal, el objetivo es radicalmente diferente y mucho más modesto:  bajar a toda costa de la barrera psicológica de los 30.000 parados; la que nunca se imaginó, ni en las peores pesadillas, que se rebasaría en Jerez. ¿Qué tecla tocar, por qué modelo apostar, qué motor económico es el adecuado para absorber tamaño volumen de desempleados, en un alto porcentaje sin apenas formación? Diversificación, formación, reciclaje... Cuestiones que todos los partidos ponen en negrita en sus programas. Como también escriben una y otra vez la palabra ‘austeridad’, la medida que deberá regir la mayor parte de las decisiones que se tomen de ahora en adelante en el Ayuntamiento. Un Consistorio, por cierto, que será el otro gran caballo de batalla del futuro gobierno local. En el mandato que ahora expira ha sido imposible poner orden en la Casa grande, por lo que ahora todos los grupos políticos ponen como objetivo prioritario la elaboración y aprobación de una Relación de Puestos de Trabajo (RPT) para el Ayuntamiento, una medida que en sí misma no supondrá rebajar el controvertido capítulo 1 de personal, pero que al menos ayudará a dar cobertura legal a las decisiones que necesariamente habrá que tomar en este apartado. Si algo hará falta, desde luego, será concertación, diálogo y consenso, cuestiones que en demasiadas ocasiones han brillado por su ausencia en estos años.