Elecciones

El PP sufre "ansiedad de poder"

  • Griñán pasa al ataque, y acusa a Arenas y a Rajoy de no importales los municipios: "Quieren usar las elecciones como trampolín de poder" · Y Pizarro advierte al electorado: " Si la izquierda no vota, gana la derecha"

QUIEN consiga imponer los temas de discusión de  estas elecciones municipales las gana. Y sólo dos días de campaña electoral han demostrado qué diferencia abismal separa los enfoques del PSOE y del PP, cuyo enfrentamiento de gigantes amenaza con enviar a los demás partidos -IU y PA, incluidos- al borde de los asientos de los plenos. El PP de Javier Arenas concibe el 22-M como unas elecciones globales, pero donde se juzga, sobre todo, a Rodríguez Zapatero y a las consecuencia de sus políticas económicas, en especial, al desempleo, mientras que el PSOE baja al ruedo de la esencia municipal, aunque, de momento, aún anda embrollado en un discurso neologista cuyo paradigma es la palabra sostenibilidad. O "i más de". Los socialistas saben, además, que al PP le beneficia la abstención de izquierdas, y ayer recibió críticas por ello desde casi todos los lados.

El presidente andaluz, José Antonio Griñán, desde Málaga, afirmó sobre Arenas y Mariano Rajoy: "Quieren utilizar estas elecciones no para ganar municipios o para comprometerse con los hombres y mujeres, sino como trampolín para su propio poder, y eso es lo que no vamos a permitir". Lo único que tienen -afirmó el líder socialista- es la "ambición del poder".  Y su antecesor, Manuel Chaves, desde El Puerto de Santa María, redundó en lo mismo: "Tienen  [por el PP] un ataque de ansiedad por llegar al poder como sea y al precio que sea".

Griñán viajó a Málaga para apoyar a su candidata, María Gámez, y se acompañó de la ministra Carme Chacón, candidata virtual a las primarias que el PSOE celebrará después de estas elecciones. Llenó el aforo del Hotel Monte Málaga. Algo más de 400 personas, y cargó contra Arenas: "Quien ha militado en cuatro partidos no puede decir que éste es el principio del fin del PSOE, que tiene 130 años de historia". Arenas ha militado en varias formaciones (el PDP de Óscar Alzaga, la UCD y el PP), aunque todas ellas de  orientación democristiana.

Sin embargo, desde donde recibió los ataques más duros fue desde El Puerto, donde Manuel Chaves y el ex consejero Luis Pizarro volvían a reunirse en un mitin semanas después de que el segundo diera muestras de lealtad hacia el primero como en los viejos tiempos. Pizarro salió en defensa de Manuel Chaves, a quien el próximo martes el PP intentará reprobar en el Congreso, y centró en Arenas el origen de "las infamias, calumnias y mentiras" que, en su opinión, está sufriendo el ex presidente andaluz a causa del caso de los ERE y de los negocios de su hijo. "Claro que hemos cometido errores", admitió Chaves, pero el propósito del PP es "enfangar" la política para que la izquierda no vote. "Son el partido del rencor y el odio", defendió Griñán, que estaba en Málaga, pero cuyo discurso guardó muchas similitudes con los de Chaves y Pizarro.

Y Arenas, desde Fuente Palmera, en Córdoba, insistió en lo mismo: que si el cambio llega el 22-M a esos municipios del interior, o si el PP deja de ser un partido minoritario, el ciclo político socialista se habrá acabado en España y en Andalucía.

Esos van a ser los dos enfoques de esta campaña: el municipal, el del PSOE, para el que necesitará agitar a su electorado con mensajes aún no afilados, y la enmienda a la totalidad que plantea Javier Arenas y que, curiosamente, pasa por los ayuntamientos como en 1931, cuando unos comicios locales derribaron a una monarquía. Esto es un choque de trenes.

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