Cuando el pasado 26 de abril la junta de gobierno local aprobó con carácter inicial el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Conjunto Histórico y Entorno (Peprichye ) de El Puerto de Santa María, se iniciaba la segunda fase de un largo trayecto materializado en un complejo y extenso documento compuesto por ocho tomos, que encierran un trabajo ingente, casi enciclopédico, realizado a lo largo de más de diez años y una tramitación a la que se han ido sumando exigencias legales, informes sectoriales, estudios económicos y medioambientales, investigaciones sobre cada edificio del casco histórico, sobre el conjunto de la ciudad, arqueológicos, y un sinfín de requisitos de distintas administraciones.

No se trata tan sólo de un voluminoso documento más o menos exigente respecto a su cumplimiento, cuyo estudio podría constituir el temario completo de una oposición, sino de un trabajo con vocación casi enciclopédica, que aunque no tenga la aspiración de abarcar todo el conocimiento de nuestra época, si tiene en común con aquella gran obra de la Ilustración el proporcionar una herramienta avanzada para configurar una ciudad moderna.

Perspectiva desde el Barrio Alto, considerado como zona desfavorecida.

En ella existe una apuesta por el diálogo entre la tradición y la modernidad, entre el pasado y el futuro, con idea de conservar y poner en valor el patrimonio histórico-artístico de la ciudad, en línea con criterios de sostenibilidad, respeto por el medio ambiente, descontaminación visual, aumento de los usos peatonales y una visión social del urbanismo: informe sobre la incidencia en la salud que tendrá el Plan Especial sobre el Barrio Alto, considerado zona desfavorecida; Evaluación Ambiental Estratégica, y viviendas de protección oficial, a lo que hay que añadir una seguridad jurídica sobre la cual se puede comenzar a construir, reformar, relanzar y revitalizar El Puerto con garantías.

Se podría decir que fuera del Plan Especial existe la nada, no hay futuro para el casco histórico, aunque tampoco será la panacea que vaya a resolver todos los problemas del conjunto urbano.

El Peprichye es fruto del trabajo de un equipo coordinado por uno los urbanistas más valorados

No se puede pasar por alto que detrás del Peprichye se encuentra el trabajo de destacados arquitectos, técnicos y especialistas en patrimonio histórico con amplios conocimientos, y de otras disciplinas, del propio Ayuntamiento y de la empresa contratada para realizar el trabajo de redacción, Territorio y Ciudad, al frente de la cual se encuentra uno de los arquitectos urbanistas mejor valorados de España, Manuel Ángel González Fustegueras.

Sin embargo el propio arquitecto redactor es consciente de que para desarrollar el Plan Especial, serán necesarios tres elementos: en primer lugar “entendimiento”, para conseguir comprender el documento; después, “discernimiento”, para saber qué es más conveniente hacer dentro del marco de posibilidades; y en tercer lugar “voluntad”, para llevarlo adelante una vez aprobado, comprometiendo las inversiones necesarias, con las restricciones y ventajas que presentará su redacción final.

No obstante, el Peprichye no es un documento cerrado. Esta es precisamente una de las señas de identidad del Plan Especial. Es algo que debe implicar a la ciudadanía y en cuya elaboración definitiva deben participar los agentes económicos y sociales, empresarios y asociaciones, y también particulares interesados por la ciudad y su patrimonio, que podrán intervenir durante la tramitación. E incluso después, ya que entre las propuestas del Plan está la de crear una ‘comisión de sabios’ que pueda hacer un seguimiento del cumplimiento y la marcha del Peprichye, cuyo objetivo es conseguir una ciudad “útil, firme y bella”, que es a fin de cuentas lo que está en el horizonte. Teniendo en cuenta además que la ciudad cuenta con espacios únicos, como las bodegas de Campo de Guía y un conjunto urbano donde se deberá intervenir de manera equilibrada.

Para la participación ciudadana en la fase de alegaciones del documento se debe conocer el contenido del Peprichye, para lo cual se encuentra en la página web del Ayuntamiento, a cuyo contenido se puede acceder con un solo click, aunque conviene saber adónde dirigirse para obtener los datos que resulten de utilidad en cada consulta. También para favorecer que se conozca, se están organizando una serie de encuentros sectoriales para darlo a conocer entre los profesionales del urbanismo, empresarios e interesados en general.

El proceso para aprobar el Peprichye deberá ahora seguir su camino, con la publicación de la aprobación inicial en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Después, se abrirá un plazo de 30 días de exposición pública, durante los cuales se podrán presentar alegaciones. Cerrado el plazo, el equipo redactor deberá analizar las alegaciones presentadas y responderlas, rechazarlas o admitirlas a trámite para su inclusión en el documento definitivo. Deberá ser el Pleno del Ayuntamiento quien apruebe el informe de alegaciones y de el visto bueno de manera definitiva al Peprichye. Los candidatos a la alcaldía de El Puerto coinciden en que hay voluntad política para su aprobación.