Sexoafectividad

De cómo una idiotez hace que tú triunfes esta noche

  • No siempre tenemos la suerte de triunfar. Más de una noche regresamos a casa con la sensación de no tener nada de encanto. No ligar es una losa muy dura de gestionar. Las ‘manchas negras’ triunfan. 

De cómo una idiotez hace que tú triunfes esta noche

De cómo una idiotez hace que tú triunfes esta noche / Ana Mircea

Reconozco tener en mi haber una ‘mancha negra’ de la que presumo porque resume muy bien el tipo de mujer que soy. Capaz de tirarme tres meses con un tipo que rompía todos los estereotipos por obeso y feo, pero que a mí me parecía, simplemente, brillante. Aquel gordo y feo, creo, me sigue teniendo en alta estima. Lo que me gustaba de él era su sentido del humor y su inteligencia y, aunque no se llevó a la más guapa, sé que no es el hombre que espera estar conmigo. 

Nunca se debe decir el nombre de sus amantes, recuerden. Pero me encantaría que, algún día, él lo confesara en público. Sería apoteósico

El deseo se activa por los motivos más insignificantes, lo que hace que ese proceso sea toda una experiencia. Los pequeños detalles que van dejando poso forman la cama perfecta sobre la que se asientan las ganas de estar con alguien. “A mí no me hace falta que sean especialmente guapas, aunque reconozco que me fijo siempre, primero, en eso. Pero si no me interesa la conversación, si no me parecen interesantes, si no me estimulan pasan a formar parte de la recua de guapas que conozco. Y, con algunas, ni loco me liaría”. Ramón tiene treinta años y está sin pareja. Sus amigos dicen que le gustan las tías raras. A él no le importa mucho lo que digan y admite que sí, necesita que no sean simplonas. 

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04A035AE-A104-4FD6-8336-F3B1977705AF / Hayffield L.

Existe una definición para las personas que sienten deseo en función del intelecto. La admiración es una de las bases del deseo. Cuando se pierde, el deseo desaparece y esa suele ser un motivo más que suficiente de ruptura. Esas personas para las que el intelecto es primordial para llegar a la cama se las llama sapiosexuales

La belleza no es ninguna virtud. Una lástima que sirva para tantas cosas que, para el resto de los morrales, son casi imposibles. Pero así es. Por eso es importante no caer en la bravuconada de considerarla suficiente para triunfar. Por favor, si tienen la suerte de ser guapos, intenten que esta noche se note su otra belleza, esa que se trabajan diariamente para ser mejores persones y más brillantes. “El cerebro es el órgano más sexual” explica Ana Lombardía, “eso hace que, cuando se activa y se estimula responde con muchas apetencias. Quieres saber más de esa persona que cuenta cosas tan interesantes, te fijas en cuánto sabe y lo bien que lo cuenta y, así, te interesa. Es más fácil seducir de lo que parece. Basta con cultivarse”. 

Triunfar no es una cuestión solo de físico, aunque este ayude. Tenemos armas mucho más seductoras y, sobre todo, más honestas que la belleza. 

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