El temporal no amaina y las brechas de la muralla aumentan peligrosamente.
En la Alameda el boquete pasa ya de los veinte metros de longitud y llega hasta la fila central de paseo. Varios árboles han caído y han sido arrastrados por la mar. Los guardias municipales siguen vigilando para que no se produzca ningún accidente, ya que son cientos los curiosos que quieren presenciar las brechas.
A pesar de ello se trabaja con gran actividad y ayer se pudieron reparar varios sillares. El ministro de la Guerra telegrafió ayer autorizando la realizando de las obras más importantes y autorizando el gasto.
Los técnicos aseguran que las casas de la Alameda no corren peligro alguno, pues están asentadas sobre rocas.
También ayer continuaron los trabajos en las murallas de San Roque y del Campo del Sur. Cuando amaine el temporal podrán activarse los trabajos de reparación.
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