Los enfrentamientos, aunque sean con carácter amistoso, entre equipos gaditanos parecen condenados al escándalo y a los incidentes.

Es lo que ocurrió ayer en el campo de deportes Mirandilla durante el partido disputado entre el Mirandilla y la Gimnástica de Cádiz. El ardor de los jugadores en la disputa del balón se contagiaba a las gradas y los aficionados de uno y otro equipo se enzarzaron en discusiones en los que hubo algún que otro golpe.

Cuando faltaban diez minutos para finalizar el encuentro, una mano asesina y anónima surgió de la grada y una piedra de gran tamaño vino a chocar con violencia en la frente del colegiado. El árbitro quedó tendido en el suelo y tuvo que ser llevado al botiquín, mientras el cobarde agresor huía precipitadamente. Para colmo de incidentes, las fuerzas de seguridad presentes en el campo impidieron de malos modos que los periodistas entraran en el botiquín.

El árbitro, con una venda en la cabeza, pudo volver al terreno de juego para finalizar el partido, ganado por el Gimnástica por dos goles a uno.