Mesa revuelta

Tesoros del cante antiguo gaditano

  • Francisco orgambides

NO puede calificarse más que como un trabajo monumental y hasta un esfuerzo titánico, el disco "Tesoros del cante antiguo gaditano" que de la mano de Carmen de la Jara y el estudio minucioso de Antonio Barberán Reviriego, nos evoca el antiguo esplendor sonoro de una ciudad en la que el flamenco es seña esencial de su identidad.

Es como un viaje en el túnel del tiempo hacia esos ecos del cante grande de Cádiz y los puertos que los aficionados cabales conocen bien, pero que para el resto de los mortales nos supone, efectivamente, el hallazgo de un tesoro oculto.

Estilos del cante que también definen cómo fue esa ciudad que queremos redescubrir, y sobre todo no perder. En este sentido el disco de esta vocacional y entregada cantaora y las investigaciones de Barberán -ingrato trabajo sino fuera porque en uno mismo está la recompensa- verdaderamente limpia, fija y da esplendor a nuestro flamenco.

Estilos con nombre: el mítico Paquirri el Guanté, los Mellizo, Gabriela Ortega, sus parientes Tío José el Aguila o Ignacio Espeleta, la madre de Donday, Rosa la Papera, El Nitri, Curro Dulce o aquel Enrique Ortega de las letras de Silverio, y hasta Pepa de Oro; y paisajes con nombre: la Casa de Matanza, La Habana que se nos descubre también tan flamenca, la muralla real, La Viña del maremoto o barrio del Mundo Nuevo, y cantes perdidos en los patios de Santa María como la giliana.

Con intuiciones y aproximaciones, como dice Luis Suárez Ávila en la carpetilla, o resucitando emocionadamente cantes y estilos como destaca Ramón Soler Díaz, lo que sí que hay detrás de todo esto es mucho trabajo, mucho estudio, mucha investigación y el talento y la voz de Carmen de la Jara, fresca y capaz de abordar tan rico y variado patrimonio.

Casi siempre tenemos en este faldón el pretexto de un libro añejo para hablar de Cádiz, para que el lector mire a la ciudad de otra manera y se reencuentre con ella. Esta vez hemos encontrado un tesoro, pura banda sonora de Cádiz y los puertos.

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