La ciudad de Rabat vivió ayer emocionantes ceremonias con el entierro de Mohamed V y la entronización de su hijo Hassan II.

Millares de marroquíes se dieron cita desde muy temprano en las puertas del palacio real para gritar 'Alá es grande' y 'nuestro padre Mohamed ha muerto'. Los ritos religiosos tuvieron lugar en la llamada Torre Hassan, donde el féretro del rey fallecido llegó en un armón de artillería. Posteriormente el cadáver de Mohamed V sería enterrado en el palacio real junto a los restos de la dinastía reinante.

Una hora después del entierro tuvo lugar la entronización de Hassan II, hijo del monarca fallecido. La ceremonia se celebró en el salón del trono, en presencia de la familia real y de representantes de numerosos países. Entre ellos se encontraba la delegación española que estaba presidida por el ministro español de Asuntos Exteriores, Fernando María de Castiella.