m Llivia, islote en los Pirineos. Es el territorio español peninsular más lejos para ir desde Cádiz. Está a 1.253 kilómetros que se hacen en 13 horas en coche y casi 8 días, ininterrumpidos, a pie. Esta localidad gerundense es muy peculiar, porque no está "dentro" de los límites nacionales, sino que está más allá de la frontera francesa, en un islote territorial dentro de los Pirineos.

Llivia nos enlaza a lo que traíamos a este atlas la semana pasada, la isla de los Faisanes en Irún, en el curso del Bidasoa, donde se rubricó el Tratado de los Pirineos de 1659. Pacto por el que se establecía la nueva, y definitiva, frontera entre Francia y España, la que establece orográficamente la cordillera pirenaica. De esta forma en aquel acuerdo la Corona española cedió a Francia las comarcas catalanas del Rosellón y Cerdaña, que se encuentran 'pasadas' las montañas. En el tratado se señalaba que "todos los pueblos" de ese territorio pasaban a jurisdicción francesa, pero no la única "villa" española que quedaba al otro lado de la cadena. Carlos V concedió a Llivia el título de villa real, por lo que de esta forma su término de 13 kilómetros cuadrados se mantenían por esta finta diplomática en territorio español. En la actualidad esta población gerundense (en la foto) cuenta con 1.517 habitantes, que viven con normalidad su excepción de ser de España, pero "estar" en Francia, lo que se vivió con más inquietud en momentos recientes como la Guerra Civil o la Segunda Guerra Mundial. Una carretera con carácter "neutral", sostenida por las dos administraciones, une el territorio español con el perímetro de Llivia.

En 1979 el Ayuntamiento de Llivia decretó que los franceses no podían tener propiedades inmobiliarias en la localidad, para evitar futuras 'anexiones', temor que tuvo que desintegrarse con la apertura de fronteras desde que España entró en la UE en 1986.