"Si nuestro destino fuese la planta de EADS en Sevilla o la de Renault en Valladolid estaríamos en crisis igual que las demás empresas que dependen de la subcontratación, pero nuestra capacidad de desarrollo de productos propios nos enfoca a grandes grupos internacionales y nos libra de los vaivenes de aquéllos". Alberto Simón, presidente de Navair, firma sevillana centrada en el diseño y fabricación de componentes -sobre todo, cableado de aeronaves- para el sector de la defensa, saca pecho ante los malos tiempos. "Otros tienen crisis, nosotros no; si 2006, 2007 y 2008 fueron excelentes, con alzas del 32%, 2009 será nuestro mejor año", sentencia. La empresa prevé crecer más de un 50% y superar los seis millones de facturación. Y ello a pesar de que tendrán que dejar proyectos en la cuneta, ya que "no podemos asumir toda la carga de trabajo que se nos viene encima".

¿Cuál es el secreto del éxito? Una cartera de clientes diversificada y la apuesta por nuevos negocios. La compañía, fundada en 1996 y con sede en el parque Aerópolis, tiene 66 cuentas consolidadas en seis países de los continentes europeo y americano. El 95% de su facturación proviene del exterior (EEUU, Brasil, Francia, Irlanda...).

"Lo que nos diferencia de nuestros vecinos es que no somos un mero subcontratista local, no dependemos de un solo cliente", señala Simón. En su haber figuran grupos como EADS, Embraer, Looking Martin, Northrop Grumman o Bombardier. Además, el 90% de la actividad se centra en productos con una fuerte innovación, lo que da mayor valor añadido. "Somos una empresa de ingeniería, diseño y producción de pequeños paquetes; no nos limitamos a fabricar piezas de forma repetitiva", añade.

En este contexto se enmarca su apuesta por el sector espacial que, si bien, "aún no reporta muchos ingresos, da caché ante las multinacionales", explica. Un esfuerzo que ha llevado a Navair a ser la única empresa de España certificada para la fabricación de mazos eléctricos para naves espaciales. "La Agencia Espacial Europea (ESA) nos dio esta certificación en 2007 y hemos ganado un contrato con Crisa -división española de EADS Astrium- para el lanzador Vegan". El paquete reporta ingresos anuales de 60.000 euros.

"La carencia de empresas de este nivel en Europa nos ofrece infinidad de oportunidades", dice. Esta aventura ya ha abierto las puertas de la NASA. "Nos han pedido colaboración para proyectos en EEUU, pero no estamos preparados para asumir múltiples contratos en este sector". Un escenario que será posible dentro de dos años cuando la firma cuente con 20 personas certificadas por la ESA, en lugar de seis.

No obstante, y aunque Navair prefiere volcarse en nichos de mayor valor añadido, tampoco se cierra a la producción en serie. Aquí se enclava la apertura de una fábrica en Querétaro (México), en la que han invertido tres millones de euros. "Es una zona de mucha proyección porque está a medio camino entre Brasil y EEUU", explica Simón. "Las instalaciones, que duplican las de Sevilla, nos dan opción a contratos de mayor envergadura y repetitividad", dice. La ingeniería permanecerá en la ciudad hispalense -trabajan 44 personas y a finales de año serán 60-, y en México se hará sólo producción de mazos. Ahora están en fase de capacitación del personal -son 40 personas; 150 a finales de 2009-, y los planes pasan por iniciar actividad este mes.