Economía

El comercio rural, un eficaz reclamo turístico

  • La Junta emprende medidas de apoyo financiero dirigidas a maximizar los beneficios que produce la relación entre el turismo y la artesanía

La Junta de Andalucía, consciente de la repercusión que tiene el turismo y la artesanía para el fomento del comercio rural en Andalucía, así como su relevancia como factores de equilibrio económico, demográfico y social, ha impulsado diversas iniciativas, llevadas a cabo desde la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte. Entre ellas cabe destacar la aprobación de diversos planes turísticos sostenibles con incidencia en la ordenación, planificación y promoción del turismo en el medio rural, la aprobación de la Ley de Artesanía, la creación de un registro de artesanos o la definición de zonas y puntos de interés artesanal.

En este sentido, el III Plan Integral de Fomento del Comercio Interior de Andalucía 2007-2010, incluye un programa específico denominado Calidad y comercio rural, con el objetivo de articular mecanismos que permitan dinamizar el comercio de zonas rurales. Este objetivo se ha materializado en medidas de apoyo financiero recogidas en las órdenes anuales de subvenciones de la Consejería en materia de comercio, destinadas al acondicionamiento y optimización de la imagen de los comercios rurales andaluces; a la implantación de nuevas técnicas de venta por parte de los comercios rurales andaluces; al desarrollo de actividades dirigidas a fomentar la calidad de las empresas comerciales en municipios menos de 5.000 habitantes; o a la diversificación de la oferta comercial de los comercios rurales andaluces, fomentando la oferta de productos artesanales o autóctonos.

beneficios

Turismo y comercio se presentan como actividades fundamentales en el desarrollo local de la zonas rurales de Andalucía. La sinergia entre ambos ha permitido dotar de utilidad económica y social a muchas áreas de interior, repercutiendo en la creación de empleo, directo e indirecto, y evitando tanto el abandono de estas zonas como el envejecimiento de la población rural.

El turismo y la actividad comercial pueden estudiarse desde la óptica que nos ofrece el establecimiento de una relación causa-efecto entre ambos, relación en la que la práctica turística ha traído consigo múltiples beneficios para el medio rural.

Entre estos beneficios destaca la estimulación del comercio local, en especial de la artesanía, permitiendo su puesta en valor, crecimiento, mejora y profesionalización, ya que el consumo de los productos típicos de la zona y la compra de artículos tradicionales forman parte de la experiencia del turista rural.

No obstante, esta relación puede estudiarse también desde la perspectiva de la atracción. Así, el turista se desplaza al medio rural para la adquisición in situ de productos locales cada vez más demandados y, a su vez, aprovecha para hacer turismo y conocer la región. Es decir, la propia actividad comercial de productos naturales, de elaboración artesanal y de calidad cada vez más valorada en nuestra sociedad, constituye en sí un reclamo para el visitante, siendo un elemento generador de importantes flujos turísticos y contribuyendo al desarrollo de áreas rurales.

productos típicos

Ejemplos de esta atracción los encontramos en los desplazamientos a la Sierra de Cádiz para la compra de productos de piel y cuero; repostería y vinos en la Sierra Norte de Sevilla; cerámica y fibras vegetales en la zonas rurales de Jaén; jamones y embutidos en las Alpujarras granadinas; o muebles de madera en el municipio onubense de Valverde del Camino. Asimismo, la celebración de ferias de muestras de productos típicos y artesanales de estas poblaciones agrarias se han convertido en toda una atracción para un turismo provincial y regional.

Es importante mencionar, con respecto al desarrollo de estas áreas, que la artesanía contribuye indudablemente a su fomento, ya que las empresas artesanas, a su vez, comercializan un elevado porcentaje de sus productos en la propia comunidad autónoma.

Toda actuación pública con incidencia en el comercio rural de nuestra comunidad debe tener en cuenta los rasgos caracterizadores de este tipo de comercio. En este sentido, y con referencia a los locales comerciales existentes en zonas rurales, destaca la ubicación aislada y la dispersión de los mismos, así como el hecho de que la propiedad del establecimiento, de carácter familiar, sea del propio comerciante en una proporción cercana al 80%, contando con un número bajo de empleados (una o dos personas).

Desde el punto de vista de los propios comerciantes y de su actividad comercial, cabe destacar el excesivo individualismo, hecho éste que provoca un bajo nivel de asociacionismo, y la necesidad de mejorar la formación comercial al objeto de hacer la actividad mas competitiva frente a otros formatos, incorporando innovaciones tecnológicas y nuevos sistemas de gestión y venta.

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