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Economía

Los cereales siguen la senda del petróleo y su precio empieza a subir

  • El valor del trigo duro, el producto estrella en Andalucía dentro del sector, se ha incrementado en un 20% · El importante descenso de la producción en Europa hará que crezcan más las exportaciones

También sube. El precio del cereal está considerado como un termómetro de las expectativas económicas, igual que el petróleo o la bolsa. Entre 2007 y el verano de 2008 secundó la incesante subida del petróleo hasta provocar la mayor crisis alimentaria mundial de las últimas décadas. En los primeros meses de 2008, una tonelada de trigo duro en Andalucía costaba 430 euros y se mantuvo en esa línea hasta que el estallido de la crisis económica causó el efecto contrario. La bajada fue tal que a finales de marzo de este año la tonelada del producto, el principal cereal andaluz, se situaba en 163 euros. Un 62,3% menos.

Según los datos que dio a conocer ayer Asaja en la XXVI Jornadas de Cultivos Herbáceos, celebradas en Carmona, el precio del trigo duro ha subido un 20% desde el mes de abril. En la última semana se ha situado en 210 euros por tonelada en el mercado de Sevilla (0,21 por kilo). Por su parte, el blando se mantiene estable o subiendo levemente, según los mercados, en la misma línea que el resto de los cereales.

Las perspectivas de futuro son buenas, al menos en lo que respecta al trigo duro, que en Andalucía cuenta con 305.000 hectáreas a día de hoy y una producción de 824.000 toneladas, procedentes sobre todo de las campiñas cordobesa y sevillana. Según José Vázquez, técnico de Asaja Sevilla, su precio seguirá subiendo al menos hasta septiembre y puede llegar a los 320 euros por tonelada.

Las causas son varias. La más inmediata es que el mercado del cereal funciona mucho con la expectativa, como el del petróleo y el de la bolsa. Y si estos dos factores tienden a subir, lo lógico es que el cereal también lo haga. Los otros motivos son más locales. Así, la producción ha bajado bastante en Europa, algo en España y muy poco en Andalucía. El caso más significativo es el de Italia, que el año pasado redujo un 37% de la producción. Por la fabricación de pasta, este país es uno de los principales demandantes de trigo duro. Y este año necesitará importar. El problema es extensible a todos los cereales. "En Europa se consumen treinta millones de toneladas y una cosecha buena suele ser de 22 millones; ésta campaña será de quince, por lo que va a haber demanda", dice José Vázquez. En el caso del trigo duro, unas 400.000 toneladas del millón que produce España irán a la exportación. "Italia le compra a Grecia una cantidad relativamente pequeña y para el resto acude a España y Francia; el índice amarillo [un indicador de calidad muy valorado por los italianos] parece que este año va a ser muy bueno aquí", afirma Vázquez.

Andalucía tiene una posición envidiable, en este contexto, para exportar a buen precio, teniendo en cuenta que la cosecha ha sido muy mala en el resto de España, especialmente en Castilla León. En Andalucía ha podido resistir mejor la caída de superficie y la producción, gracias entre otras cosas a las ayudas a la producción, a diferencia, por ejemplo, del trigo blando o la cebada.

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