"Nada que decir. Sólo nos podemos remitir al comunicado de prensa". Ésta era la máxima que se puso a los consejeros que asistieron en la tarde de ayer al Consejo de Administración de Unicaja.

En el consejo se trató la fallida fusión con Caja Castilla La Mancha (CCM), aunque los presentes no quisieron informar de si Braulio Medel había presentado los números del desfase patrimonial de la caja manchega, que se estima en unos 3.000 millones. "Se nos ha informado de lo que nos habíamos enterado por los medios", dijo la parlamentaria andaluza por el PSOE Marisa Bustinduy, quien aseguró que "no se ha hablado ni media palabra de otras fusiones, ni con Cajasol ni con ninguna".

El comunicado mencionado desgrana en siete puntos lo que ya se sabía. En primer lugar afirma que el inicio de conversaciones "exploratorias" con CCM para una posible fusión respondía a una iniciativa "estrictamente financiera adoptada, como es obvio, por la propia entidad", intentando evitar dar tintes políticos a la operación. Desde Unicaja subrayan que "el desarrollo del proyecto se condicionó a su viabilidad económico-financiera, la aprobación de los respectivos órganos de gobierno y las autorizaciones de las instancias financieras y tutelares competentes". Lo único que no se ha cumplido ha sido la primera premisa, la viabilidad económica, ya que los consejos de las dos cajas dieron vía libre al proceso de fusión y tanto el Banco de España como los gobiernos autonómicos de Andalucía y Castilla La Mancha la veían con buenos ojos.

La caja explicó que, pese al fracaso de la operación, "quiere mostrar su disposición para prestar toda la colaboración que sea necesaria ante la nueva situación".