La despedida de Santana, con la que la Junta ya ha tirado la toalla tras años de esfuerzos por reflotarla, vendrá acompañada de la tristeza de sus últimos datos, que no mejoran la dinámica del penúltimo ejercicio. La compañía automovilística Santana Motor de Linares (Jaén) fabricó en 2010 novecientos vehículos, la mitad de los cuales formaron parte del pedido para el Ejército de Rumanía.

Fuentes de la empresa informaron de que esta producción es similar a la del año 2009 y mucho más baja respecto a otros ejercicios en los que la crisis de la factoría jienense parecía menos evidente, por lo que ante la caída de la actividad económica y la falta de carga de trabajo como consecuencia de la recesión iniciada en 2008 la empresa quedaba en una situación con unos umbrales definitivamente "insostenibles" para su viabilidad.

Máxime cuando el fabricante italiano Iveco, que tiene la red para comercializar el vehículo Massip que fabrica Santana, no ha hecho efectiva la opción de compra que tenía sobre la compañía linarense.

Santana Motor, cuya plantilla está inmersa desde hace dos años en expedientes temporales de regulación de empleo en distintos periodos y lleva en manos de la Junta 17 años, hacía frente a unos gastos fijos que superaban los ingresos, de ahí los números rojos en el cierre de los ejercicios económicos y la imposibilidad de continuar con la actividad.

Las mismas fuentes no han podido precisar la cuantía de las pérdidas con las que se cerrará el ejercicio 2010 (en 2009 las pérdidas alcanzaron casi 24 millones de euros), aunque sí aventuraron que serán inferiores o similares si se tiene en cuenta que la empresa está en liquidación, mientras que la facturación será similar a la de 2009, año en el que alcanzó los veinte millones de euros.

Hasta el próximo día 31 de marzo no vence el periodo para la formulación oficial de las cuentas, que podrían ser presentadas en el próximo consejo de administración, cuya celebración está prevista para la próxima semana.

Esta situación ha motivado que la Junta de Andalucía, propietaria de Santana, haya decidido el cierre de la empresa, por lo que recientemente ha presentado el plan Linares Futuro, que arranca con cinco nuevos proyectos empresariales, la creación y el mantenimiento de 300 empleos, la ejecución del Plan de Acción Social de 2008 y la creación de una oficina que gestione los activos y regenere la actividad en la comarca.