El gigante inmobiliario Martinsa-Fadesa, que hace unos meses protagonizó la mayor suspensión de pagos en la historia de España, ha ofrecido a sus acreedores un plan para devolverles en su integridad los 7.000 millones de euros que les adeuda. Los pagos se extenderían entre 2010 y 2017 de acuerdo con la propuesta de la compañía que preside Fernando Martín, y ya cuenta con el visto bueno de dos de los principales acreedores, Caja Madrid y La Caixa.

Según la propuesta de convenio de acreedores presentada hoy por la inmobiliaria ante el Juzgado de lo Mercantil de A Coruña con el fin de superar su situación de concurso, la inmobiliaria no pagará ninguna deuda hasta medidas de 2010 y que entre dicha fecha y abril de 2012 sólo se cancelen débitos por 200 millones. El resto de la deuda se irá abonando en pagos anuales hasta mediados de 2017. El abono de intereses se realizará a partir de 2012, hasta entonces se capitalizarán. Los intereses para ese primer año son del 3,27% y hasta el 2014, del Euríbor más 0,5 puntos. Esta tasa irá después en "progresión al alza" hasta el final del periodo de pago. Desde la compañía se señala que es más importante contar con margen de tiempo para obtener tesorería y recursos con que pagar las deudas que proponer quitas en su pago.

En este sentido, la propuesta de convenio recoge la "obligación" de Martinsa de vender activos que la propia empresa elija para obtener dichos recursos. Los activos serán fundamentalmente suelos finalistas, promociones y terrenos de su cartera en el exterior.

Según el informe presentado por su administración concursal, Martinsa tiene activos valorados en un total de 7.404 millones de euros, frente a una deuda de unos 7.005,44 millones de euros. Este importe de deuda se reduce a unos 6.000 millones en caso de descontar préstamos a empresas filiales y el crédito contingente (sólo exigible en determinadas circunstancias). La mayor parte de esta deuda es bancaria e incluye el préstamo que Martinsa solicitó en 2007 para comprar Fadesa.

Con la adhesión inicial de Caja Madrid y La Caixa, la inmobiliaria que preside Fernando Martín confía en que la propuesta de convenio reciba "en los próximos meses la adhesión de otras entidades, fundamentalmente cajas de ahorros". El objetivo final es llegar a la junta de acreedores con la adhesión equivalente a más del 50% de la deuda, la requerida para que la propuesta salga adelante y evitar así la liquidación.    

Martinsa indicó que sus entidades financieras acreedoras respaldan el plan de viabilidad que la compañía ha elaborado junto a la firma Deloitte, y que se creará una comisión de control y seguimiento para seguir el cumplimiento de dicho plan y el cumplimiento del convenio. La inmobiliaria prevé que este convenio entre en vigor desde el momento en que se dicte sentencia judicial de su aprobación. Esta sentencia marcará también el final de la situación de concurso de la empresa. Hasta entonces, la compañía seguirá contando con la administración concursal. Además, la presentación de la propuesta de convenio no altera los trámites y plazos del concurso.

La propuesta de convenio debe ser admitida a trámite por el juez concursal de la empresa en un plazo de cinco días hábiles. Posteriormente, será estudiada por la administración concursal, que deberá pronunciarse en diez días (el juez podría revocar su admisión si los administradores se manifiestan en sentido negativo sobre la propuesta). En caso de que se admita a trámite, desde ese mismo momento los acreedores que lo estimen oportuno podrán irse adhiriendo a la propuesta, a la espera de que el convenio se vote en junta. 

Entretanto, el proceso concursal sigue su curso. En la actualidad, el juez acaba de abrir el plazo para presentar alegaciones al informe concursal y la lista de acreedores, que se extenderá hasta mediados de enero de 2009. El juzgado contará posteriormente con el tiempo que estime necesario para resolver todos los incidentes que se presenten, que en el caso de Martinsa se estima sea de varios meses, dado que cuenta con más de medio millar de partes personadas.